bomberos de cádiz
El testimonio de un bombero de Cádiz a su regreso de Valencia: «La realidad apocalíptica la tenemos allí detrás de un visillo»
El jefe del Parque de Bomberos de Cádiz, Juan Carlos Rojas, asegura que la realidad en la 'zona cero' «supera ampliamente lo que se ve por la tele»
«Te das cuenta de la magnitud de esta catástrofe cuando, después de haber estado trabajando sin descanso 13 o 14 horas diarias, te das la vuelta y eres consciente de todo lo que queda por hacer», lamenta
Bomberos de Cádiz envía nuevos efectivos para las tareas de búsqueda y limpieza en Valencia
Así ha sido el emotivo recibimiento a los bomberos de Cádiz en Valencia: «Muchas gracias»
«La realidad supera ampliamente lo que se ve por la tele...». Así lo asegura, rotundo, Juan Carlos Rojas, el jefe del Parque de Bomberos de Cádiz que el pasado jueves se desplazó junto a otros 23 efectivos del Consorcio a la 'zona cero' de la catástrofe provocada por la DANA en Valencia, y que ayer martes emprendía ya el viaje de regreso a la capital gaditana tras realizar, junto a sus compañeros, múltiples y arduos trabajos en los municipios de Alfafar, Benetússer, Sedaví y Paiporta.
«Allí se está viviendo un drama humano brutal, horroroso», es lo primero que destaca el profesional en conversación telefónica con LA VOZ de Cádiz cuando se le pregunta por la situación con la que se han encontrado. Los bomberos gaditanos han atendido a personas que no tienen nada que comer porque el agua ha arrasado sus viviendas; han abrazado a otras que desconocen el paradero de sus hijos u otros familiares y que ni siquiera pueden intentar llamarlos por teléfono porque no hay corriente eléctrica para enchufar los móviles ni funcionan las telecomunicaciones; han consolado también a otras personas que no pueden sacarse de la cabeza los gritos de los vecinos que veían, desde su ventana, ahogándose arrastrados por el agua; y han escuchado a quienes tienen que tirar de las bolsas para recoger los excrementos de sus perros para hacer sus propias necesidades, porque los inodoros están sin agua y sólo disponen de la justa -embotellada- para beber...
Y es que, como ha sentenciado Rojas, «la realidad apocalíptica la tenemos allí detrás de un visillo». Persiste a pesar de que ya ha transcurrido una semana y de que miles de manos de profesionales y voluntarios están allí trabajando a destajo. «Te das cuenta de la magnitud de esta catástrofe cuando, después de haber estado trabajando sin descanso 13 o 14 horas diarias, te das la vuelta y eres consciente de todo lo que queda por hacer...», reflexiona a la vez que lamenta el jefe del Parque de Bomberos de Cádiz.
A pesar de que el retén gaditano ha desplazado en estos cuatro días más de 70 vehículos, de que ha retirado toneladas de escombros y enseres, de que ha ayudado a muchas personas a salir de sus casas, de que ha achicado agua de diversos garajes, de que ha rastreado centenares de vehículos en busca de cadáveres, ha facilitado la apertura de innumerables puertas, ha cortado barajas de establecimientos con radiales, ha inspeccionado comercios y trasteros, y a pesar de haber retirado a rastras una autocaravana que se había quedado encasillada entre dos pilares de un local comercial, insiste Rojas en que queda todo por hacer.
La sensación es de desasosiego, pero eso no quita que tanto Rojas como sus compañeros vuelvan satisfechos con el trabajo realizado, porque «nos hemos vaciado allí, lo hemos dado todo». Y volverán a hacerlo si se estima necesario su regreso: «Es algo que tenemos clarísimo mis compañeros y yo. Aunque estamos reventados, volveríamos ahora mismo», asevera.
En las localidades donde han actuado queda trabajo para «varias semanas», mientras que el drama humano «perdurará para siempre». «Lamentablemente, aún quedan muchos cadáveres por encontrar, y más de un centenar de los ya localizados no han podido ser identificados aún porque han quedado desfigurados tras ser arrastrados kilómetros y kilómetros por la corriente». «La UME ha habilitado una morgue con capacidad para más de 400 cuerpos...», añade.
Recuerda entonces Rojas los momentos de tensión que han vivido tras achicar el agua de los garajes y rastrear vehículo por vehículo en busca de víctimas. Una angustia que, afortunadamente, se tornó en alivio en todas las ocasiones, pues no hallaron ningún cuerpo. No obstante, sí encontraron un brazo diseccionado en el municipio de Alfafar.
El jefe del Parque de Bomberos de Cádiz espera que los gobernantes y la ciudadanía saquen de todo este desastre «una lección de humildad» y que la sociedad «empiece a sensibilizarse» con catástrofes como ésta. «En Cádiz, un tsunami de relativa magnitud podría provocar algo similar a lo ocurrido en Valencia. Debemos ser consciente de ello y no mirar para otro lado, debemos dejar de pensar que aquí nunca pasa nada... porque puede pasar».
Su aplauso va para las personas voluntarias
Juan Carlos Rojas agradece las muestras de cariño, de apoyo y las felicitaciones por la labor realizada estos cuatro intensos y duros días en Valencia, pero prefiere que el aplauso vaya dirigido a «las personas voluntarias que se han echado una mochila a la espalda y han acudido a las zonas más afectadas cargadas de escobas y cubos para ayudar y de botellas de agua y comida para quienes se han quedado sin nada«.
El profesional utiliza la palabra «encomiable» para resaltar la labor que han realizado y siguen realizando, «con las manos y los pies destrozados» y sin otro afán que «ayudar a otras personas».
«Ha sido alentador ver a personas jóvenes y no tan jóvenes sumándose a las tareas de limpieza. Mi admiración va para todos ellos«, se despide el jefe del Parque de Bomberos de Cádiz.
