URBANISMO
El sueño roto de Golf El Puerto
Se cumplen diez años del cierre definitivo de unas instalaciones que estaban llamadas a ser la joya de la corona portuense
Las instalaciones se encuentran en ruinas, la maleza ha cubierto los green y el pillaje ha arramblado con alcantarillas y cables eléctricos
En abril de 2014 se certificó la defunción de uno de los proyectos deportivos e inmobiliarios más emblemáticos del municipio
El proyecto estrella que conjugaba el golf con el desarrollo inmobiliario en El Puerto es hoy un vertedero y un territorio inhóspito. No queda nada de aquel campo de 18 hoyos con club social, terraza y restaurante que estaba llamado a ser la joya de la corona del alto standing portuense. La maleza ha cubierto los green, el vandalismo se ha apoderado de las instalaciones y el abandono y el paso del tiempo han hecho el resto. La construcción de este campo llevaba pareja la puesta en marcha de una urbanización a su alrededor. Esta era la fórmula empleada por muchos empresarios y promotores de la época para dar rienda suelta a una inversión deportiva, pero con marcado carácter inmobiliario. Al final, ni lo uno ni lo otro. El proyecto hizo aguas en abril de 2014 y, desde entonces, el terreno está abandonado a su suerte. El pillaje se hace notar en las tapas del alcantarillado y en la red eléctrica de las instalaciones, que han volado. Todo ha desaparecido. LA VOZ ha recorrido parte del campo del campo de golf y ha comprobado el estado de abandono en el que se encuentra. Cabe resaltar que el acceso es peligroso porque la red de saneamiento se encuentra al descubierto. No queda nada de la zona de recogida de aguas y el pequeño lago es una ciénaga.
El campo entró en barrena en 2013 cuando sus gestores no lograron sacar adelante el proyecto inmobiliario sobre el que debía crecer y asentarse. En abril de 2014 se certificó su defunción con un ERE para sus 18 trabajadores, más otros seis que trabajan en la cafetería.
La crisis inmobiliaria y la imposibilidad de sacar adelante la urbanización dieron al traste con esta iniciativa que se mantuvo entre 2003 y 2013
Los malos resultados económicos habían provocado pérdidas que llevaban a esa decisión. El Sareb (el conocido como 'banco malo' creado por el Gobierno) es su propietario y, por ahora, ha sido incapaz de buscarle comprador. Golf El Puerto cerró con una media de 20.000 jugadores al año y unos 200 abonados. Para los ecologistas la quiebra de este proyecto no fue una sorpresa. Para Ecologistas en Acción este proyecto fue un ejemplo «palmario de la burbuja inmobiliaria».
El campo de golf se construyó en las fincas Cabezas y Viña Rango, de 1.546.522 m2, que eran propiedad municipal y se vendieron a una de las empresas de Ramón Marrero, ex consejero de la Junta de Andalucía. Según el grupo ecologista, la empresa municipal Impulsa adquirió estos terrenos en 1998 por 3,6 millones de euros y los vendió en 1999, con el compromiso de recalificarlos, por 4,5 millones. El alcalde era entonces Hernán Díaz, de Independientes Portuenses (IP). Una vez recalificados, según el grupo ecologista, los promotores de Golf El Puerto se beneficiarían de un «gigantesco pelotazo», ya que al precio de mercado de los terrenos en plena burbuja inmobiliaria podrían llegar a revalorizarse hasta más de 400 millones de euros.
Fue un 12 de diciembre de 2003, con Hernán Díaz como alcalde, cuando abrió sus puertas el complejo deportivo y social. El proyecto se había comenzado a gestar casi una década antes por parte de la sociedad municipal Impulsa El Puerto, dirigida entonces por José Gijón.
En 2002, la Caja Inmaculada (CAI), que fijó en El Puerto su centro de operaciones en Andalucía, aterrizó en el campo de golf pasando a controlar las dos sociedades que tenían a su cargo las instalaciones: Golf de El Puerto SA (propietaria de los suelos) e Inversiones Turísticas y Deportivas SL (encargada de la explotación deportiva). La caja delegó en Ramón Marrero la gestión de sus negocios inmobiliarios en toda Andalucía, quien se mantenía en el accionariado de ambas empresas. La unión entre la Caja y Marrero se disolvió en 2010 tras el hartazgo de la entidad de que no saliera adelante ninguno de los desarrollos urbanísticos previstos, aunque la caja tuvo que abonarle una millonaria indemnización.
Especulación
Ecologistas destaca que Golf El Puerto es un «fracaso de los especuladores urbanísticos», de las entidades financieras que alimentaron la burbuja inmobiliaria, pero también de los «políticos y partidos políticos que apoyaron este complejo, que permitieron que se construyera de forma ilegal, que lo favorecieron con recalificaciones a la carta, que suscribieron convenios con sus promotores para beneficiarlos, que prometieron cientos de puestos de trabajo, que ignoraron sentencias judiciales y alegaciones a los planes urbanísticos, que en definitiva optaron por apoyar el espejismo de un proyecto que solo pretendía construir una urbanización de lujo para beneficio de unos especuladores urbanísticos».
En febrero de 2020 el campo de golf de El Puerto volvió a ser noticia gracias a la propuesta del grupo municipal de Vox, que pedía en un pleno su reactivación. Vox El Puerto solicitó entonces que se realizaran nuevamente contactos con los responsables de la Sareb para permitir poner en funcionamiento el campo de golf mediante cualquiera de las fórmulas jurídicas existentes en el mercado, tales como concesión, alquiler, o la que pudiera convenir. Así mismo, y en el caso de que no existiera voluntad por parte de la Sareb, Vox pedía que se estudiaran las fórmulas jurídicas que permitieran «tomar decisiones valientes» para acceder al uso de las instalaciones por un bien de interés público y social.
No hay rastro de las farolas ni del tendido eléctrico y el lago artificial es una ciénaga
Vox no cesó en este empeño y en 2021 siguió adelante con esta iniciativa. La Concejal de Urbanismo, Danuxia Enciso, alegó que se habían mantenido los contactos pertinentes con la Sareb para proceder a la reapertura del campo de golf. Sin embargo, no se supo nada más del asunto, según denunció Leocadia Benavente, concejal de Vox El Puerto, alegando que la respuesta «era una prueba más de la falta de gestión».
De momento, la resurrección de Golf El Puerto se antoja muy complicada por la inversión necesario y, sobre todo, por el handicap de la sequía.