ÉCIJA
El único maestro en Artesonado y Ebanistería reconocido por la Junta en Sevilla
Miguel Ángel Balmaseda, de 53 años, ha restaurado pasos en toda la comarca de Écija y dejado su huella maestra en casi todos los templos ecijanos
![Miguel Ángel Balmaseda en una exposición de escultura realizada en Écija](https://s1.abcstatics.com/media/provincia/2016/04/09/s/COMARCA%20ECIJA-ECIJA-MIGUEL_ANGEL_BALMASEDA--620x349.jpg)
El olor a madera lo impregna todo . Desde la planta baja donde se ubica el propio taller hasta las estancias altas donde Miguel Ángel Balmaseda guarda una amalgama de muebles por restaurar, esculturas y pinturas desordenadas.
Esta casa de la calle Bellidos en la que trabaja es la misma en la que ejerció el oficio de carpintero su padre, también su abuelo, con quienes este ecijano, nombrado Maestro Artesano de Andalucía en Artesonado y Ebanistería, dio sus primeros pasos.
Tenía 9 años cuando inició su aprendizaje en el trabajo de la madera. Los días se repartían entre el colegio y el taller. «En aquella época la necesidad era lo que mandaba. No era común que un padre le preguntara a su hijo, como pasa hoy, qué es lo que quiere hacer. Ocurría como por decreto », recuerda Miguel Ángel, que ahora tiene 53.
Afortunadamente, el pequeño tenía talento y se implicó hasta convertir el oficio en un modo de vida y una pasión que le ocupa más allá de las horas de luz que tiene el día. Después de la carpintería llegó la ebanistería: restauración de muebles, puertas barrocas, retablos, artesonados mudéjares.. . luego la escultura y la pintura. Y durante todo el camino muchas horas de lectura y formación, en su mayoría autodidacta, para seguir avanzando.
«Siempre intento involucrarme al máximo, dar lo mejor de mí y extraer también el máximo provecho posible», comenta. Entre otras cosas, este compromiso le valió en el año 2011 el nombramiento como Maestro Artesano de Andalucía , una distinción que sólo tienen en su haber unos 40 profesionales en la región. En su categoría, la de Artesonado y Ebanistería, la Junta de Andalucía sólo ha reconocido la labor de dos artesanos, uno de ellos Miguel Ángel, quien, además, es el único Maestro Artesano en esta doble rama en toda Sevilla.
La vida de la madera
Miguel Ángel se agarra a la palabra «constancia» para explicar su trayectoria profesional. También al estudio detallado de las piezas y un concienzudo trabajo de diseño, pues, como subraya, « trabajo con un material vivo , lo que hace que tenga que tener en cuenta las transformaciones que tendrá a lo largo del tiempo, su presente y su futuro, y aún así, la madera es imprevisible».
El artesano destaca el enorme patrimonio histórico y artístico y la amplia tradición en el trabajo de la madera que existe en la campiña sevillana, de donde proceden la mayoría de los encargos que llegan a su taller, aunque también realiza trabajos para toda España.
El último de ellos ha sido la restauración del paso procesional de la Hermandad del Santo Entierro de Cañada Rosal , que se estrenó la pasada Semana Santa. También ha dejado su impronta en los retablos laterales, la puerta de la sacristía y la veleta de la Iglesia Parroquial de Santa Ana del municipio.
En Écija, Miguel Ángel ha firmado trabajos en el retablo de San Francisco, en la torre de Las Gemelas tras el impacto del rayo, en la Iglesia de Santa Cruz o la del Carmen... en definitiva, prácticamente todos los templos ecijanos acusan la huella de algunos de los artesanos de la familia Balmaseda en sus diferentes generaciones.
Del Barroco a lo Conceptual
Aunque se reconoce un artesano «barroco», sus intereses se disparan también hacia el arte contemporáneo, con el que no tiene miedo de experimentar. Los nuevos estímulos son los que mantienen la llama viva: «Aún con tantos años de oficio, hay trabajos que me quitan el sueño», confiesa.
Así, también se cuentan en su nómina colecciones de escultura conceptual en madera de cedro, caoba o iroko, a la que llegó por su amigo Marcelino Fernández Piñón en el año 2008. De la mano de la escultura, llegó la pintura, con una colección que espera poder terminar y exponer algún día.
En este sentido, recuerda las controvertidas pinturas abstractas que realizó para los balcones de un edificio de viviendas de Écija, finalmente tapadas por causar cierta polémica entre los vecinos. «Fue algo estudiado y acorde con el entorno. Lo que entonces alarmó, es algo que ya se hacía en el Nueva York de los años 40», explica. Fue un soplo de aire fresco que duró poco.