Unas pozas de curtiduría del siglo XV aparecen en unas obras en Guadalcanal

Las mejoras en una calle descubren una tenería donde se trabajaba la piel

Calle Palacio tras levantar el pavimento dejando las pozas al aire. ABC

Almudena Glez. Caballero

El municipio sevillano de Guadalcanal , enclavado en la comarca de Sierra Morena, atesora un intenso legado histórico. Su situación geográfica y sus recursos le llevaban a ser paso obligado de mercaderes y viajantes que visitaban la localidad en la búsqueda de negocios y aventuras. Esa tradición mercante y artesana ha rejuvenecido con la aparición de unas pozas datadas en el s. XV siendo los restos de una de sus numerosas tenerías .

Este insólito hallazgo se produce gracias a unas obras de reurbanización en la calle Palacio que el consistorio del municipio comienza a principios de febrero. Con la ruptura del pavimento, los operarios comienzan a hallar unas pequeñas pozas en el piso, interrumpen su misión sin ser conscientes de que tenían bajo sus pies huella de vida de hace seis siglos .

En las tenerías se trabaja y tiñe la piel hasta convertirla en cuero . Los artesanos realizan las labores de limpieza y curtido de la materia prima. Antes de curtirlas, las pieles deben reblandecerse en remojo y ése era uno de los fines de estas pozas en el suelo. Este proceso lleva consigo una considerable concentración de olores y de sustancias que, ya por entonces, según recogen documentos históricos, suponían el malestar de algunos mandatarios.

Tenerías, Guadalcanal y el s.XV

El acta que cuenta cómo se encuentra Guadalcanal ante una visita canónica de la Orden de Santiago, fechada en 1494, ya refleja la existencia de tenerías con una actividad resaltable. Es por otra parte lógico, pues al encontrarse en mitad de Sierra Morena rodeado de naturaleza, Guadalcanal era un buen lugar para obtener materia prima de buena calidad.

Las tenerías , por aquél entonces, se situaban cercanas al Palacio por puro pragmatismo. Los curtidores se abastecían así del agua de la fuente de la Plaza Mayor facilitando así sus labores sin tener que desplazarse para obtener agua.

El comendador don Fadrique Enriquez , seguramente movido por las molestias derivadas del proceso del curtido del cuero (olores, aguas con sustancias concentradas) ordenó el traslado de las tenerías del centro de la villa. Como no podía ser de otra manera, los artesanos se negaron puesto que consideraban que el impacto de su negocio era más importante que cualquier otra causa sobrevenida.

Los visitadores de esta Orden de Santiago no cesaron en su empeño y otorgaron al comendador el derecho al disfrute de tres días en la semana del agua de la fuente que usaban los curtidores, restringiendo así su uso. Estas tenerías se vieron obligadas a ir abandonando el centro y a establecerse por separado.

En el Catrastro del Marqués de la Ensenada de 1753 aparecen treinta y cuatro molinos de zumaque

Según el delegado municipal de Cultura, Ignacio Gómez Galván (PSOE), en el Catastro del Marqués de la Ensenada fechado en 1753 no se deja constancia de estas tenerías, por lo que no se puede asegurar que siguieran abiertas. Sí destaca que en esta fecha se contaban en la localidad hasta treinta y cuatro molinos de zumaque (un arbusto). En estos molinos se transformaba esta planta que contiene tanino , sustancia empleada para la conservación y coloración de las pieles.

Se entiende que, ante el número de pozas descubiertas en Guadalcanal, esta tenería presentaba una dimensión important e, ya que se intuye que la fábrica podría seguir a la izquierda y derecha de esta calle Palacio. Los vecinos , que han mostrado su inquietud ante este hecho, han transmitido su interés en reuniones y asambleas, a las que el Ayuntamiento ha trasladado la información conocida hasta el momento.

Actuaciones de las administraciones competentes

Desde el primer momento, el concejal delegado de Cultura de Guadalcanal, Gómez Galván , se encuentra en contacto con la Diputación de Sevilla , y con la Junta de Andalucía . Un equipo técnico de la Diputación guía la apertura de las pozas. Con estas averiguaciones se realizará un informe que se remitirá a todas las administraciones competentes con el fin de garantizar la conservación de este patrimonio y regular el disfrute del mismo.

La Consejería de Cultura y Patrimonio, dirigida por Patricia del Pozo (PP), se plantea la posibilidad de que una parte de las pozas queden al descubierto para su visita . Si bien, condiciona esta decisión al dictamen de los expertos y técnicos que están estudiando esta tenería. Guadalcanal ha abierto de esta forma inesperada su libro de historia por la página del siglo XV. Hoy, seis siglos después, confía en que esta lección pueda servir a visitantes, expertos, vecinos y turistas para poner en valor el patrimonio histórico local.

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