CAZALLA DE LA SIERRA

Tres emprendedores crean un biofertilizante «gourmet»

Han abierto una planta de vermicompostaje, BioSuelos, situada en plena Sierra Norte

Lola Guil, Manuel Martín y Rafael García son los fundadores de la planta de vermicompostaje Biosuelos G. J.

GUADALUPE JIMÉNEZ

Hace dos años Lola Guil y Rafael García eran dos más de esa larga lista de jóvenes españoles pensando en hacer las maletas y buscarse la vida fuera de nuestras fronteras. Lola, bióloga y Rafael, ingeniero técnico forestal, se ganaban la vida como guías en Doñana, un trabajo muy estacional que no les permitía hacer planes de futuro.

Antes de dar el salto al extranjero se plantearon «por qué no crear su propio proyecto» y es así como la cooperativa BioSuelos dio su primeros pasos. A Lola y Rafael se unió el cazallero Manuel Martín , oficial de ganadería y auxiliar veterinario, quien se encontraba en una situación parecida a la de ellos.

El proyecto por el que apostaron es una planta vermicompostaje , que ha abierto sus puertas en mayo. El objetivo principal de BioSuelos es elaborar biofertilizantes certificados para el uso en agricultura ecológica y con denominación de origen Parque Natural.

Estos productos se obtienen a través de la actividad biológica de lombrices rojas (vermicompostaje) , que se alimentan de residuos agrícolas y ganaderos y los transforman en humus de lombriz sólido del que se obtienen otros derivados líquidos.

«Nuestros biofertilizantes tienen de 5 a 10 veces más fertilidad que el estiércol común y no contienen bacterias perjudiciales ni semillas no deseables», comenta Lola Guil, responsable de comunicación. «Desde BioSuelos pretendemos ofrecer soluciones a ganaderos y agricultores para la eliminación y aprovechamiento de residuos orgánicos, ya que la acumulación de restos orgánicos supone un problema y un gasto económico para éstos, que por ley, deben deshacerse de dichos desechos».

«Además, queremos contribuir al cuidado de los suelos ya que según estimaciones de la FAO, debido a la desertificación, cada año dejan de ser productivas de seis a siete millones de hectáreas de suelo en el mundo», añade Lola.

Aunque BioSuelos ha abierto sus puertas en mayo, atrás quedan dos largos años de trabajo. El primero fue de experimentación para lograr un producto de la máxima calidad posible y el segundo, de consolidación de la iniciativa, que recibió su espaldarazo definitivo ya en 2016 al convertirse en uno de los 20 proyectos seleccionados a nivel nacional por la Convocatoria de Emprendimiento Social de la Obra Social La Caixa .

«Para nosotros ha habido un antes y un después de esta convocatoria, no sólo por el apoyo económico de 25.000 euros , sino también por la formación en gestión empresarial que hemos recibido», señala Lola y es que, como parte del galardón, han recibido formación a cargo del IESE Business School, acompañamiento gerencial durante un año y asesoría jurídico-legal a cargo de Fundación Uría Menéndez.

«Compostamos estiércol procedente de la dehesa y de un tipo de ganadería extensiva. Nuestros biofertilizantes son de tipo “gourmet” , si hacemos la comparativa con el mundo de la restauración», señala Lola.

Los principales productos que Biosuelos lanza al mercado son: el humus de lombriz , que es un abono natural que aporta gran cantidad de nutrientes al suelo y a las plantas, mejorando su estructura y los contenidos en ácidos húmicos; el vermicompost líquido , que es un producto fertilizante que favorece la floración y fructificación; y el microactivador , que ayuda a mantener por más tiempo la humedad en el suelo y aporta los microorganismos necesarios para la creación de suelo fértil. 

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