HISTORIA

Una torre con una apasionante historia que da nombre al pueblo más joven de la provincia de Sevilla

La torre de Troya se encuentra en la hacienda del mismo nombre, en tierras pertenecientes a El Palmar de Troya

A la derecha de la imagen la torre de Troya, adosada a la hacienda del mismo nombre en El Palmar A.F.

Alberto Flores

En el siglo XIV la vida no debía ser precisamente sencilla en el área geográfica que en la actualidad ocupan poblaciones como Utrera o El Palmar de Troya. Los choques entre ejércitos musulmanes y cristianos eran más que frecuentes en estas tierras de frontera, por lo que se impulsó un sofisticado sistema de vigilancia para en el caso de que el enemigo decidiese contraatacar, los cristianos tuviesen el suficiente margen de maniobra para poder hacer frente a estas amenazas. Nacía en ese momento, fundamentalmente durante el reinado de Alfonso XI , un conjunto de torres que terminaría llamándose la banda morisca.

Nos situamos en un terreno que ni mucho menos es montañoso, pero que sí cuenta con una serie de elevaciones y pequeñas colinas que se convirtieron en lugares perfectos para construir estas torres de defensa, que debían de tener comunicación visual entre sí, para así conocer que un ejército enemigo se había puesto en marcha. En algunas casos era posible esa comunicación visual gracias a la utilización de un complejo sistema de espejos y antorchas. Estas pequeñas fortificaciones son en la actualidad consideradas como Bienes de Interés Cultural (BIC) , algunas de ellas se encuentran en un claro peligro de desaparición, como es el caso de la Torre del Águila o la Torre de Lopera, otras han desaparecido definitivamente como es el caso de la Torre de la Ventosilla, mientras que otras torres, como la Torre de Troya, sigue en pie, en buen estado de conservación y siendo la responsable tanto del nombre como del surgimiento del pueblo más joven de la provincia, El Palmar de Troya.

Esta curiosa y en parte misteriosa torre, ya que se deconoce exactamente en qué año se levantó y porqué tomó el nombre de Troya, se sitúa orgullosa en la cima de una colina que se encuentra al este de la actual población de El Palmar de Troya. Como dato curioso, está en el interior de una hacienda, en un terreno privado, algo que sin lugar a dudas ha contribuido a que en la actualidad se encuentre en un más que aceptable estado de conservación y que no haya tenido que sufrir los efectos del vandalismo, como ha ocurrido a su vecina Torre del Águila, la cual se divisa perfectamente desde este emplazamiento y que en la actualidad languidece entre pintadas y robos de las piedras con las que fue construída. «La verdad es que es un monumento muy curioso, y realmente hay mucha gente que no sabe que tenemos esa torre tan valiosa en un cortijo», cuenta Juan Carlos González, alcalde de El Palmar de Troya.

El Palmar de Troya nació a los pies de esta torre, donde se asentaron trabajadores del campo

Una joven población, como es el caso de El Palmar de Troya, que a pesar de no contar con la catalogación de pueblo independiente hasta el año 2018, se asienta en tierras que tienen mucha historia y por las que han pasado diferentes culturas y civilizaciones. La torre de Troya cumplió perfectamente con sus funciones de vigilancia hasta que terminada la Reconquista, se integró en la Hacienda de Troya, un centro ganadero y agrícola de referencia en toda la comarca, siendo también un lugar muy conocido al ubicarse en él un descansadero de ganado para que todos aquellos que se dedicaban a la trashumancia de los ganados pudieran hacer su parada. Como dato curioso, según indican los datos históricos, Martín Bécquer, antepasado de Gustavo Adolfo Bécquer , se asentó en esta hacienda de Troya en 1744, a través de lo que se conocía como el pago de Renta Reales. Poco después en 1792, esta torre experimentó una pequeña reforma en la que se colocó una campana con la inscripción de dicho año en la espadaña.

Hacienda

Desde el lugar en el que se ubica esta torre -que es de planta cuadrada, con dos alturas, con muros que pueden alcanzar hasta los cuatro metros y con unas dimensiones de 10x10 metros-, es posible dominar mediante una completa panorámica todos los alrededores. Es por tanto el lugar del que toma el nombre el vecino pueblo de El Palmar de Troya, ya que en torno a esta hacienda se asentaron los trabajadores del campo procedentes de poblados de la zona, que terminaron casi sin quererlo fundando un pueblo. La gran proliferación de matas de palmitos existente en todo el términio municipal, determinó definitivamente el nombre del pueblo.

«Como el pueblo más joven de la provincia de Sevilla, El Palmar de Troya tiene la obligación de ordenar su territorio y promocionar sus recursos medioambientales y de interés cultural. Un patrimonio en el que tenemos que destacar El Cortijo de Troya y su entorno con un monumento declarado como Bien de Interés Cultural como es la Torre de Troya», apunta el alcalde de El Palmar, consciente de que esta torre, tanto por lo que significa como por su catalogación, es un tesoro que se torna necesario conservar y cuidar.

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