Sucesos Sevilla

El clan de los Porros: de la extorsión en las Tres Mil a la venta de marihuana en el sur de Francia

Guardia Civil y Policía Nacional investigan durante tres años a esta familia, que se ha hecho fuerte en el negocio del narcotráfico

Uno de los invernaderos de marihuana desmantelados en las Tres Mil Viviendas ABC

Silvia Tubio

Casi tres años llevan Guardia Civil y Policía Nacional trabajando codo con codo para desarticular un clan familiar que se ha hecho fuerte en el negocio del narcotráfico. Sus miembros son responsable de buena parte de la exportación de la marihuana que se produce en Sevilla y Cádiz y que acaba en el mercado negro de Europa . Una de sus bases de operaciones está en Dos Hermanas, pero también tiene ramificaciones activas en Cataluña y en Francia. Se les conoce como la familia de Los Porros y ya han aparecido en anteriores investigaciones.

La última operación en la que varios de sus miembros han caído se llama «Florapurda» . En total han sido arrestadas 16 personas de varias nacionalidades, entre ellos integrantes del citado clan. Los cuerpos policiales decidieron en septiembre de 2017 aunar esfuerzos después de comprobar que estaban llevando a cabo varias líneas de investigación sobre el comercio al por mayor de la marihuana que se produce en esta provincia y que todas esas pesquisas desembocaban en la misma familia.

Los Porros fueron noticia en 2018 cuando la Policía Nacional los relacionó con la extorsión a vecinos de las Tres Mil Viviendas . El clan amenazaba a residentes del Polígono Sur para que abandonaran sus pisos, que pasaban a manos de la familia. Las viviendas las transformaban en búnkers muy vigilados y las usaban como almacenes de droga o para ubicar plantaciones de marihuana. La producción de esta droga se está extendiendo por algunos barrios de la capital y ya es una preocupación de primer orden para la lucha antidroga .

A vecinos del Polígono Sur los han expusado de sus casas para reconvertir esos inmuebles en almacenes de droga o invernaderos de marihuana

Según detalla la Guardia Civil y la Policía Nacional en un comunicado, los miembros del clan están «asentados principalmente en las localidades de Figueres (Girona), Dos Hermanas y Perpignan (Francia), desde donde controlan todo el itinerario de la marihuana que se produce en el sur de España y acaba vendiéndose en el país vecino. Según detallan fuentes de la investigación a ABC, la ramificación sevillana se encarga de la recolección de la mercancía que se cultiva en los invernaderos de interior y la trasladan por carretera hasta la frontera.

Tiroteo y huida a Sevilla

En julio del año pasado, un miembro de Los Porros cayó durante uno de esos envíos que fue desmantelado por la Policía Nacional. Los agentes estaban siguiendo la pista a varias plantaciones de interior ubicadas en naves industriales situadas entre Alcalá de Guadaíra y Dos Hermanas. Este integrante de la organización viajaba en el coche lanzadera que escolta al vehículo donde va la droga. Cuando los agentes interceptaron el cargamento, emprendió la huida, pero después se entregó voluntariamente. Quedó en libertad a las pocas horas.

Poco después de esa incautación, la investigación que estaban desarrollando los equipos de delincuencia organizada (EDOA) del Instituto Armado se complicaría porque tres miembros del clan fueron víctimas de un tiroteo con subfusiles de asalto ocurrido en Figueres. «Este suceso hizo recomponer a la banda toda su estructura logística y modus operandi, con la consiguiente dificultad para los investigadores en encontrar los nuevos lugares de ocultación de la droga», señala el comunicado oficial. El enfrentamiento armado con unos narcotraficantes marroquíes provocó que parte de la familia huyera y se escondiera en Dos Hermanas.

En Gerona, construyeron un búnker subterráneo con entrada camuflada que transformaron en el nuevo centro logístico de la organización. Allí llegaba la mercancía que salía de Sevilla y se almacenaba hasta la entrega a los clientes. No es el único detalle que ha llamado la atención a los investigadores a lo largo de estos más de dos años de pesquisas y que evidencian los importantes recursos que tiene esta organización. Uno de los turismos que le han requisado al clan tenía incorporado un sofisticado sistema de bombas para ir rellenando el depósito del vehículo y evitar así cualquiera parada entre Sevilla y Figueres que pusiera en riesgo el transporte.

A pesar de los esfuerzos policiales y la incautación de droga, joyas, cerca de 400.000 euros en metálico y armas, los 16 detenidos en la operación están en estos momentos en libertad con cargos .

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