BAJO GUADALQUIVIR

Solo Lebrija cultivará en España la pipa blanca, compitiendo con Estados Unidos, Argentina e Israel

2016 será el año clave para el «boom» de la tradicional pipa de paquete en la comarca, de la mano de Algosur

El director de investigación de Algosur, Felipe Rey A.H.

ALEJANDRO HERNÁNDEZ

El método científico , el que se basa en la observación sistemática, la medición y la experimentación, y la utilización de las técnicas más innovadoras están llevando a la agricultura en el Bajo Guadalquivir a contar con cultivos inimaginables por estas latitudes hace tan solo 25 años.

Liderando esta línea de investigación se encuentra la firma Algosur, que dispone en Lebrija de unas amplias instalaciones en las que no solo se trata el algodón sino que además sirve de base para la experimentación de nuevos cultivos.

En esta línea, y después de siete años de investigación y experimentación, la firma lebrijana apuesta de forma decidida por el cultivo y producción de pipa blanca, o pipa para el consumo humano, en las explotaciones agrarias de las marismas de Lebrija.

«En 2016, con la siembra de entre 800 y 1.000 hectáreas, Lebrija comenzará a experimentar el boom de la pipa blanca, hasta que en 2020 alcancemos las 6.000 hectáreas», garantiza a ABC Provincia el director de Investigación y Marketing de Algosur, Felipe Rey , que además puntualiza que en el período de experimentación de campo «no se han contemplado fracasos y sí muchos éxitos, llegando algunos agricultores a recolectar hasta 4.600 kilos por hectárea», una producción nada despreciable y «nada fácil de conseguir».

Si se cumplen las perspectivas, Lebrija se convertirá en la mayor y única zona agrícola donde se produzca pipa blanca de toda España, dado que las antiguas zonas productoras de El Coronil y Cuenca no han vuelto a sembrar desde que en 1992 se llevó a cabo la primera gran reforma de la Política Agraria Común (PAC) de la Unión Europea que no contempla como cultivo subvencionable la pipa para consumo humano pero sí la que se dedica a la elaboración de aceite de girasol.

Además, el hecho de que en las explotaciones de las marismas lebrijanas el cultivo sea de regadío, lo que asegura una mayor producción y no depender de los vaivenes climatológicos, hace que su futuro sea menos incierto que en las primeras zonas productivas que eran de secano. Para Felipe Rey «la pipa blanca es ya una realidad de cultivo, una alternativa real para los agricultores de esta zona del Bajo Guadalquivir».

Los agricultores lebrijanos entrarán en el mercado internacional con una pipa gold, de 22 milímetros de longitud y un ancho de hombros de 10, y en competición directa con Israel, Argentina y Estados Unidos.

Agricultores cualificados

Los buenos resultados obtenidos durante los años de prueba en las explotaciones agrarias lebrijanas y las idóneas condiciones climáticas de la zona para el cultivo han sido los motivos principales para que Algosur se haya decidido por ubicar la producción de pipa blanca en Lebrija , pero existe también otro condicionante que ha inclinado la balanza.

A juicio del responsable de Investigación, «el agricultor de Lebrija está muy por encima del resto de agricultores andaluces, está más mentalizado y piensa más en el beneficio que en la producción, está más en la línea de sus colegas estadounidenses». Rey señala que «antes se hablaba de kilos por hectárea y ahora, de dinero conseguido por hectárea».

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