Sevilla y el bello espectáculo de los campos de girasoles en flor
Hasta estos campos sevillanos llevan años peregrinando miles de turistas japoneses que buscan perderse entre los cientos de hectáreas alfombradas de color amarillo
Desde mediados del mes de mayo se encuentran en flor numerosas fincas de girasoles en la provincia de Sevilla , (primera productora de España), que se pueden contemplar todavía en su máximo esplendor. Hasta estos campos sevillanos llevan años peregrinando miles de turistas japoneses que buscan perderse entre los cientos de hectáreas alfombradas de color amarillo , cuya altura en algunas variedades de la planta supera los 1,5 metros de altura.
Y es que el girasol es uno de los cultivos herbáceos más propios del sur de España , constituyendo un bello espectáculo visual cuando se puede ver esta planta cómo abre su enorme flor, mostrando al cielo sus pétalos de un amarillo intenso como pocos. Los campos de girasoles son infinitos, y llegan a abarcar hasta donde alcanza la vista, creando estepas, valles y lomas como un tranquilo mar de color detenido en el tiempo.
La Vega de Carmona es un punto de partida para saborear las extensas plantaciones de girasoles, donde se siembran cada año miles de hectáreas. No demasiado lejos, en la carretera de Ronda, cerca de El Coronil , sus girasoles embelesan, al igual que el castillo de Las Aguzaderas, o en algunas fincas del término de la Campiña de Utrer a, entre otros lugares. Especialmente hermosos al amanecer, o a la hora del ocaso, cuando los colores se vuelven más intensos, los campos de girasoles, siempre cautivan.
Atracción singular para los japoneses
Según explica la Oficina de Turismo de Carmona , desde hace más de 15 años, los campos de girasoles constituyen un reclamo para el viajero japonés «desde que la marca nipona de coches Toyota usara una imagen de sus campos para ambientar el rodaje de la presentación de uno de sus nuevos vehículos». Asimismo es normal que en las guías de viaje por España y Andalucía que se publican en Japón se cuente con una imagen de los campos de girasoles para ilustrarla.
Todo ello, junto a la presencia constante de girasoles en el cine japonés y en las películas de animación, ha ido creando este atractivo turístico, según confiesa uno de los visitantes nipones, Hajime Kishi, de la JNTO (Oficina de Turismo de Japón). «Para nosotros, el girasol es una flor que simboliza el verano, estación vacacional, el tiempo soleado y caluroso». Añade que « el porte erguido y majestuoso de esta flor hace que algunas personas la relacionen con el amor , particularmente para declararse o pedir en matrimonio».
No obstante, más allá de la estética y del simbolismo, los girasoles también se han convertido en un negocio virtual para el mercado nipón , a través de Internet. En una finca de Carmona, sus propietarios están llevando a cabo un proyecto “on line” mediante el que los japoneses pueden participar en el negocio agrícola convirtiéndose en propietarios y agricultores virtuales de la planta, previo pago de una cantidad. Todo un reto, para la distancia y el marketing.