El secretario general de Podemos Cantillana pierde su empleo por hacer campaña estando de baja médica

El partido denuncia que el cese se debe a su «adscripción ideológica» y ve una «violación de derechos fundamentales»

La empresa acredita que realizaba actividades en favor de la formación mientras padecía una supuesta lumbalgia

El secretario general de Podemos en Cantillana, Manuel López, haciendo campaña mientras estaba de baja médica ABC

A. MARROCO

El secretario general de Podemos en Cantillana, Manuel López Burgos , ha sido despedido disciplinariamente a principios de este mes de marzo por la Comunidad de Regantes del Valle Inferior del Guadalquivir (Crvig), en la que entró a trabajar en 1999 y para quien ha ejercido labores de guarda acequiero durante más de 15 años.

López Burgos fue elegido líder de la formación morada en la localidad sevillana en diciembre de 2014 tras haber sido el único candidato al cargo y conseguir el apoyo de 18 personas en una votación telemática. Pocas semanas después, el ya dirigente podemita obtuvo la baja médica al ver afectada su «ultima cervical tras un sobreesfuerzo» en el trabajo, según él mismo relató a ABC. Sus fuertes dolores de espalda le impedirían trabajar de manera «muy prolongada», situación que ha concluido un año después con su despido al descubrir la empresa que realizaba tareas incompatibles con su supuesta dolencia, algo que el afectado considera «incierto».

Según ha comunicado a ABC el director de la comunidad de regantes, Antonio Morales Medina , la baja laboral del líder de Podemos en Cantillana se tramitó en enero de 2015 tras ser atendido en la mutua que asiste a sus empleados y que la empresa cubre mediante un seguro privado. Tras varios meses de inactividad, López Burgos se vio obligado a reincorporarse a finales de julio tras ser dado de alta por los servicios médicos competentes por la «mejoría» de su estado de salud.

Apenas dos meses trabajados en todo el año

Sólo dos meses y medio después y tras disfrutar de una quincena de vacaciones a finales de septiembre, acudiría esta vez a la Seguridad Social aquejado de una supuesta recaída en sus dolores de espalda, siéndole otorgada otra baja médica por incapacidad temporal. Ante esta situación, la empresa decidió poner el asunto en manos de un detective privado quien pudo constatar que el dirigente podemita llevaba a cabo actividades durante su vida diaria para los que estaba impedido por prescripción médica, según empresa.

Participó en dos pegadas de carteles mientras estaba de baja; en marzo y diciembre de 2015 ABC

Dicho seguimiento coincidió con la campaña electoral del pasado 20D, en la que López Burgos participó de manera activa. Así, tomó partido en la pegada de carteles , en la entrega de folletos y difundió activamente tanto cánticos como eslóganes en favor de Podemos. Incluso se le vio conduciendo y acompañando a Sergio Pascual –candidato entonces y hoy Diputado por Sevilla en el Congreso– a una entrevista en la Cadena COPE o dar largos paseos por localidades con cuestas como El Pedroso sin valerse de ningún tipo de apoyo o bastón.

Llegó a ser sorprendido incluso subido a una silla para lanzar mensajes y proclamas ayudado de un altavoz y bajándose de la misma por sus propios medios y dando un salto hacia el suelo.

Admite los hechos pero no los ve «incompatible»

En declaraciones a ABC, López Burgos admite estos hechos pero alega que su actividad privada no resultaba en ningún caso «incompatible» con su baja médica. Es más, señala que cuenta con prescripción médica para andar y dar paseos para «no perder la musculatura de su pierna más afectada» y asegura que si realiza largas caminatas el agotamiento le obliga a hacer paradas para descansar .

Además, el trabajador despedido considera que sus dolencias si le inhabilitaban para el ejercicio de su labor profesiona l puesto que los guardas acequieros de la comunidad de regantes «no sólo se dedican a la vigilancia dando paseos en moto», sino que también ejecutan tareas de «repartición de agua y de mantenimiento» que exigen un esfuerzo físico para el que sí se considera impedido. De este modo, argumenta que la empresa «no está legitimada» para cuestionar su actividad privada y concluye que tan solo se le habría respetado su baja si estuviera «en silla de ruedas y con mascarilla de oxígeno».

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