BADOLATOSA
Una ruta romántica por los espectaculares dominios de «El Tempranillo»
Badolatosa y Casariche son enclaves privilegiados de los sitios donde el legendario bandolero se reunía con sus hombres
José María Hinojosa Cobacho, más conocido como «El Tempranillo», fue una de las figuras más representativas de lo que los especialistas y los escritores denominaron la época romántica del bandolerismo andaluz. Con un halo de héroe popular, unas veces alimentado por la tradición oral y otras por la literatura, «El Tempranillo» se convirtió en el prototipo del bandido generoso que robaba a los ricos para entregarlo a los pobres.
Varios pueblos de la Sierra Sur de Sevilla fueron testigos de sus andanzas y hasta le ofrecieron cobijo ante los representantes de la ley. En la actualidad forman parte de la ruta de «Tierras de José María el Tempranillo» , y realizan un recorrido por los principales enclaves que vieron crecer la leyenda de este bandolero.
Pedro Armando Valencia , responsable de la oficina de información turística de la ruta, explica a ABC Provincia el papel relevante que ocuparon estos municipios en la vida de «El Tempranillo» y los tesoros y secretos que cada uno de ellos guarda. «Fue un bandolero romántico de la época decimonónica . Se hizo muy famoso porque el pueblo lo consideró una especie de Robin Hood, que luchó contra las injusticias acometidas por el poder en contra de los más desfavorecidos». Badolatosa, Corcoya y Casariche vivieron sus años más importantes en la actividad bandolera.
El resto de municipios que se encuadra en este recorrido por la vida de José María son Jauja, Alameda y Benamejí. Mientras que la localidad cordobesa fue el lugar donde se crió y vivió su infancia, en Alameda fue la localidad en la que murió y donde está enterrado. Por su parte, Badolatosa y Corcoya representaron uno de los momentos más relevantes en la vida de «El Tempranillo», ya que en ellas se encuentra la ermita de la Fuensanta. «El lugar donde, según el bandolero Juan Caballero, se reunió con el general Manso para negociar el indulto real », señala Pedro Armando Valencia.
Navajas en San Miguel
Según la tradición, durante los primeros años de la década de 1820 «El Tempranillo» hirió de muerte a un hombre que intentó abusar de su novia durante las fiestas de la romería de San Miguel . El castigo por este homicidio le habría costado la pena capital, lo que le hizo tomar la decisión de echarse al monte. Comenzaría de esta manera una larga carrera de acciones para huir de la justicia y sobrevivir en la montaña.
Sus gestas y su fama traspasarían las fronteras de Andalucía y España, ya que hasta se conocieron en países como I nglaterra, Holanda, Francia y Estados Unidos a través de escritores y periodistas extranjeros como Richard Ford, Adolfo Custine o Théophile Gautier , entre otros, en un periodo en el que la política absolutista de Fernando VII provocó numerosas reacciones de caracter liberal. En dos de ellas colaboró «El Tempranillo»: en los fracasados pronunciamientos de Manzanares y el de Torrijos.
Desde «Tierras de José María El Tempranillo» destacan como algunas de las acciones más documentadas del bandolero transcurrieron en la zona de la Sierra Sur. De esta forma el 5 de octubre de 1831 José María y sus hombres asaltaron en las cercanías de Osuna al administrador de las Reales Fábricas de Sal y robaron los caudales que conducía de la Real Hacienda.
La Sierra Sur supuso un importante enclave estratégico para él. Uno de sus lugartenientes, Juan Caballero «El Lero» fue natural de Estepa. Pero entre sus hombres de confianza también estaban: «Pelantre», de La Salada; «El Beato», de Estepa; «Flores», de Herrera; Juan Guirro, de El Rubio o José Quirós, de Marinaleda.
Y si un lugar como la Venta de la Paloma, en Casariche , se conoce como el sitio donde solía reunirse con su partida de hombres, un enclave muy relevante es la ermita de la Fuensanta, donde se negoció el indulto del bandolero, al parecer con la mediación de las autoridades estepeñas. Desde «Tierras de José María El Tempranillo» se realizan actividades todo el año en los pueblos que conforman la ruta y en los centros temáticos de cada localidad para poner en valor la historia del bandolerismo.