Interior
La provincia de Sevilla encadena seis años de bajada de la delincuencia oficial
El narcotráfico y los robos violentos, que crecen, empañan la estadística del ministerio
![Unos agentes revisan un camión que ha sido utilizado para el transporte de hachís](https://s1.abcstatics.com/media/provincia/2017/02/16/s/delincuencia-balance-ktcG--620x349@abc.jpg)
Las estadísticas oficiales apuntan a una reducción progresiva de la criminalidad en la provincia , encadenando seis años consecutivos de descenso en el número de delitos y dibujando una zona geográfica más segura que antes de que estallara la crisis; al menos eso es lo que dicen los datos fríos.
Según el balance de 2016 , hecho público el pasado martes por el ministerio del Interior, las infracciones penales se redujeron un 2,4 % en el último año, pasando de los 82.271 delitos y faltas registrados en 2015 a los 80.289 de 2016. Un análisis en clave positiva que se viene repitiendo desde hace años.
La misma estadística que facilita anualmente Interior señala que la delincuencia en Sevilla lleva descendiendo desde 2010. Una provincia que, además, tiene una tasa de criminalidad (el número de delitos por cada 1.000 habitantes) diez puntos por debajo de la registrada en el año 2000 , cuando aún ni se barruntaba la grave crisis económica que sacudiría a España.
La nota difundida el martes por la Delegación del Gobierno en Andalucía destaca que si se toma de referencia el periodo comprendido desde finales de 2011, cuando el PP entró en el Gobierno central, hasta diciembre de 2016, la bajada de delitos en los últimos cinco años ha sido de un 16,3 %.
Caída de diez puntos en la tasa
Ese mismo año, con Alfredo Pérez Rubalcaba (PSOE) aún al frente del ministerio del Interior, se celebraba la mayor bajada en años de la delincuencia en la provincia cuando se dio a conocer la estadística correspondiente a 2010. Por aquel entonces se contabilizaron 94.959 infracciones y se situaba la tasa de criminalidad más baja de los diez años anteriores. Un dato que se situaba en 49,5 delitos por cada mil habitantes, mientras que en el año 2000 estaba en 52 por 1.000. En 2016, la tasa se ha quedado en 41,4 infracciones penales por mil habitantes ; lo que supone una caída de más de diez puntos en lo que va de siglo XXI.
Ahora bien, dentro de estos datos que controla Interior hay capítulos que no tienen un comportamiento a la baja sino todo lo contrario. Es el caso de los delitos relacionados con el narcotráfico, que pasan de 325 infracciones a 403 en un año y los robos con violencia e intimidación, de 2.181 casos denunciados a 2.439. Ambos problemas delictivos son los que muestran un incremento porcentual mayor en la estadística provincial, con un 24% y un 11,8%, respectivamente.
La delincuencia soterrada, que no aflora, que no se denuncia, escapa a estos balances
Unas cifras que llaman la atención dentro de un balance claramente positivo para el Gobierno. Además, teniendo en cuenta que el narcotráfico está estrechamente ligado a una delincuencia soterrada como los ajustes de cuentas que escapan a cualquier estadística oficial porque no aflora, no se denuncia.
La realidad del narcotráfico en la provincia mostró su peor cara recientemente en la provincia con la detención de la mitad del cuartel de la Guardia Civil en Isla Mayor o e l tiroteo en Coria del Río , donde apareció un vehículo de gama alta acribillado por munición de escopeta. Aún se busca al ocupante del coche y a los que lo tirotearon.
No son los únicos delitos que aumentan en el balance provincial. También lo hacen las infracciones penales por daños (un 3,4% más) o los robos de coches (10,2%). Frente a estos datos, los positivos, los que arrojan datos a la baja: los robos en los domicilios (3,2 % menos), los delitos contra la seguridad vial (-13,3 %) o los cometidos en el ámbito familiar (-4,9%).
El delegado del Gobierno destacaba «el esfuerzo de transparencia» realizado por Interior al publicar los datos con carácter trimestral y en formato abierto, respondiendo así al PSOE que había reclamando en enero que se hiciera pública la estadística, culpando al Ejecutivo de ocultar datos.