CORONAVIRUS SEVILLA
Pablo Martínez: «Cuando pueda abrir las puertas después del coronavirus será casi empezar de nuevo»
Este artesano floral ha perdido el 80% de su recaudación anual con la cancelación de las procesiones de Semana Santa por la crisis sanitaria del COVID-19
El joven constantinense Pablo Martínez regenta su empresa de arte y diseño floral desde hace cuatro años. Para la Semana Santa que se nos acerca tenía contrato con dieciséis hermandades y agrupaciones parroquiales ingresando así el ochenta por ciento de su facturación anual. Ahora esta empresa se enfrenta al pago de una mercancía que no pasó el control de fronteras establecido por el estado de alarma.
Pablo Martínez, establecido en la Calle El Peso de la localidad sevillana de Constantina , atraviesa el peor momento desde la apertura de su empresa . Dedicado a la artesanía y el diseño de flores naturales y artificiales llevaba meses preparando la temporada de la cuaresma y la Semana Santa. En el mes de enero ya tenía cerrado el trato con más de quince corporaciones para la celebración de cultos y salidas procesionales.
La crisis sanitaria causada por el COVID-19 y el decreto del estado alarma frena en seco la actividad de muchas pequeñas y medianas empresas entre las que se encuentra esta floristería. Tras las decisiones del gobierno central y de la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento, el Arzobispado y el Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla anunciaban la cancelación de las procesiones. Decisión que fue adoptándose en todos los municipios y provincias andaluzas.
Tenía contratada a dos personas y prevista la incorporación de doce más para el montaje de pasos durante la Semana Santa
En este pequeño negocio ya se encontraban trabajando dos personas más desde principios de la cuaresma para reforzar el servicio y tenía prevista la contratación de doce personas para el montaje de pasos durante la Semana Santa. En tan solo unos días sus expectativas se han venido abajo.
La mercancía procedente de la subasta de Holanda ya estaba pedida y abonada en su mayor parte para poder contar con el suministro a tiempo. El decreto del estado de alarma y el corte de las fronteras con Francia han provocado que esta mercancía no entre a España al no ser producto de primera necesidad. Pablo Martínez: « Ahora me veo sin flores y con la obligación de pagarlas».
De todo esto, el empresario, destaca que las Hermandades han mostrado su compromiso de contar con sus servicios la Semana Santa del próximo año. Con alguna de ellas ya cuenta con contrato para varios años. En estos momentos toca analizar lo ocurrido y tratar de llegar a acuerdos por el beneficio de ambas partes.
La frenética semana de Pablo Martínez debería de haber comenzado este Viernes de Dolores en Montequinto , Sevilla. Siguiendo en las localidades de la provincia de Constantina y Cazalla de la Sierra y el municipio cordobés Palma del Río.
La incertidumbre del día después
La incertidumbre es quien roba el sueño de este empresario, y de otros tantos. «Después del coronavirus , cuando pueda abrir las puertas será casi empezar de nuevo». Esta floristería tenía sobre la mesa proyectos de crecimiento como era la apertura de una nueva floristería en un pueblo vecino. Las circunstancias y las prioridades han cambiado.
A pesar de todo, y del desierto que ahora cruza, Pablo Martínez sigue luchando por mantener su negocio a flote y no está en sus planes tirar la toalla. Sabe que será complicado sobrevivir económicamente al coronavirus pero sus ganas de crecer devolverán las mejores expectativas a su empresa.
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