Morón de la Frontera
«No te mato y te descuartizo porque seguro que me pillan»
La Audiencia sentará en el banquillo a un varón acusado de 14 delitos de maltrato, amenazas, coacciones, vejaciones y lesiones a su expareja y se enfrenta a 17 años de cárcel
«No te mato y te descuartizo porque me va a costar mucho trabajo y seguro que me pillan». Esta frase es sólo una muestra de la situación de maltrato, amenazas y lesiones que sufrió una mujer desde octubre de 2014 hasta julio de 2016 cuando convivía en Morón de la Frontera con el que entonces era su pareja y padre de un niño que tienen en común.
Un tribunal de la Audiencia de Sevilla sentará esta semana en el banquillo de los acusados al varón denunciado, al que la Fiscalía le atribuye por sus hechos hasta catorce delitos de malos tratos, vejaciones, coacciones, amenazas, detención ilegal y lesiones. Precisamente, el Ministerio Público exige para él una condena a 17 años de cárcel , según han informado a este periódico fuentes del caso.
Para la Fiscalía , la relación entre la mujer y su presunto maltratador «no ha sido pacífica», llevando a repetidos conflictos de pareja, en las que el acusado, «con ánimo de influenciar la autoestima de la perjudicada», ha venido infiriendo malos tratos psicológicos con amenazas, insultos y vejaciones tales como «guarra, zorra, inútil». Lo hacía en privada pero también presencia de amigas de ella.
El maltrato también fue físico con puñetazos, patadas, empujones y bofetadas . Eran continuos. Ella debía ocultas o simular esas lesiones. El dominio y control que el acusado ejercía sobre su pareja llegaba a sus redes sociales. Le revisaba el móvil, le quitaba la batería y el cargardor. Así lo recoge la Fiscalía en el relato de los hechos que se van a juzgar.
En ese clima de miedo, le controlaba su dinero, su forma de vestir y la dejaba encerrada en el piso y sin llaves para que no pudiera salir.
Comenzaron a convivir en marzo de 2014. Y el segundo día le propinó un cabezazo. Son bastantes los episodios de malos tratos que narra la Fiscalía. El 16 de diciembre de ese mismo año, estando ella embarazada de tres meses y tras regresar a casa después de haber estado un rato con sus amigos, la pareja discutió. Después vino lo peor. La cogió de los pelos y la arrastró por el suelo. Sentada en un sofá le propinó tortazos y puñetazos en la cabeza. Ella logró zafarse y fue a la cocina, cogió un cuchillo y se fue a la calle corriendo.
Pero él salió detrás y la alcanzó. Le quitó el cuchillo y se lo colocó en la cintura, obligándola a regresar al piso. Allí, se lo puso en el cuello y la arrinconó contra la puerta: «no te mato y te descuartizo porque me va a costar mucho trabajo y seguro que me pillan». El pánico le hizo orinarse encima. Él la obligó a ducharse con agua fría para humillarla.
Ella fue al médico pero acompañada de él, quien la obligó a ocultar al facultativo las lesiones sufridas . Ella sólo alcanzó a decir que estaba mareada por el embarazo.
En diciembre de 2014 el acusado se encontró en su casa un mechero que no era suyo y atribuyó a su pareja una infidelidad, lo que provocó que le diera otra paliza. No se cortaba ni delante de familiares suyos. «Con esa pala es con la que te voy a enterrar detrás de mi casa», le dijo en Semana Santa de 2015, cuando ella ya estaba de ocho meses. Y todo por manchar el suelo del piso con los zapatos.
Amenazas de muerte por teléfono
En junio de 2016, ella quiso romper ya la relación. Aquello le provocó recibir un guantazo. Ella se negó a volver. A pesar de la separación, un mes después y motivado por una visita para ver al niño, le volvió a pegar.
No fue hasta febrero de 2017, cuando el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número uno de Marchena acordó medidas de alejamiento y comunicación contra el varón. Después de esa fecha las amenazas por teléfonos continuaron: «Yo a ti te tengo que matar, te tengo que asesinar».
Ocho delitos de malos tratos, uno de detención ilegal, otro de lesiones, dos de amenazas, uno de vejaciones y otro de coacciones son los que le imputa la Fiscalía , que en total pide 17 años de cárcel, privación de tenencia de armas, medidas de alejamiento y localización permanente.
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