La alcaldesa de Marchena admite que no caben ambulancias pero garantiza «el tránsito peatonal» hasta el convento
María del Mar Romero utiliza un acto de caridad de la Guardia Civil, que llevó fruta a las monjas, para afirmar que cabían los coches por la calle en obras
La cuesta de las monjas de Marchena: un convento atrapado por unas obras
La polémica en Marchena por las obras que el Ayuntamiento está llevando a cabo en la calle Palacio Ducal y que han atrapado a las monjas del convento de las clarisas y a una mujer impedida de la zona ha salpicado a la alcaldesa, María del Mar Romero , que ha recibido multitud de críticas por parte de vecinos y la oposición municipal. Como informó ABC de Sevilla , los trabajos han impedido el acceso de vehículos a una zona que se encuentra elevada, por lo que las monjas y los residentes se están viendo obligados a utilizar una escalinata empinada e incluso han provocado que las religiosas vean frenada su única fuente de ingresos por la venta de dulces y por la cancelación de las reservas en la hospedería que gestionan y que pone en peligro la atención sanitaria a la residente afectada.
Romero utilizó este martes una fotografía en la que se apreciaba un coche en la puerta del convento para afirmar que los vehículos, como las ambulancias , podían acceder por la vía en obras. Se trataba de una furgoneta de voluntarios de la Guardia Civil que, al leer la noticia publicada en este periódico, decidió tener un gesto solidario con las monjas y llevarle frutas a la puerta del monasterio. Para ello, los obreros retiraron las vallas y, al no estar todavía el pavimento completamente levantado, pudieron acceder.
Sin embargo, en un informe elaborado por el arquitecto de los servicios técnicos municipales, que además es el director de la obra, se admite que por la calle Palacio Ducal sólo será posible el tránsito andando , que se garantiza gracias a un pasillo de 1 a 1,2 metros de anchura «para permitir el paso del personal sanitario para la evacuación de accidentados o enfermos en camilla». Asimismo, expone el plazo de ejecución de la obra, que es de dos meses y que acaba el 19 de julio, y no hasta seis meses como afirman las monjas que les llegaron a comunicar.
Por otro lado, la alcaldesa ha encargado un informe a la Policía Local sobre la actuación en la zona en la que se está repavimentando el acceso al Tiro de Santa María para garantizar la accesibilidad peatonal, precisamente. El oficial explica que el 18 de mayo se empezó la ejecución de la obra y que, «con anterioridad al comienzo» de la misma, el concejal delegado de Movilidad dio instrucciones para comunicarlo a los vecinos y monjas afectados de forma verbal y que se instaló una valla con señal de entrada prohibida a vehículos con un cartel informativo. No obstante, una afectada aseguró a ABC que esta comunicación no llegó a tiempo y que, por ello, no fue posible buscar una solución a la situación de su madre, una mujer impedida que necesita cuidados médicos permanentes, ni a las monjas les permitió hacer acopio de materias primas para no tener que utilizar la escalinata de la calle Picadero cargadas con cajas.
Según denunciaba el pasado miércoles la hija de la vecina impedida, a principios de semana pidieron una reunión con la alcaldesa para trasladarle sus quejas por la situación de desamparo que les había provocado la obra y para consultar el plan de emergencias que, según indicaba, no se le facilitó. Asimismo, esta afectada señalaba a ABC que el citado concejal le reconoció el error por haberla llevado a cabo sin previo aviso y que, a su pregunta sobre cómo podrían llegar los servicios sanitarios, su respuesta fue: «Habría que llamar a un helicóptero».
El Ayuntamiento, al hilo de la polémica, ha trasladado el plan de tráfico a los servicios de emergencia para que conozcan la situación de la zona y los itinerarios de acceso en caso de tener que intervenir.
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