Lorena Durán triunfa en Europa como modelo «curvy» tras pasar de la talla 36 a la 42 por una enfermedad

«Mira qué cosa más linda, más llena de gracia, con su balanceo es todo un poema, la cosa más linda que he visto pasar. Son versos de «Garota de Ipanema» , la mítica bossa nova que hace más de medio siglo grabaron V inicius de Morâes y Tom Jobin sobre una joven brasileña de hermosas formas que pasaba todos los días delante del bar que frecuentaban. El tema se convirtió desde el instante de su creación en un himno a la belleza femenina , a esa mujer que luce con gracia y orgullo las sensuales curvas de su cuerpo voluminoso.

En el hipotético caso de que estos dos artistas cariocas (ya fallecidos) viesen pasear por Los Palacios a Lorena Durán , una joven de 22 años que se dedica a la moda desde que tenía 17, a buen seguro que también le compondrían una preciosa canción embelesados por sus ojos profundos, tez morena, cabello oscuro, labios carnosos, curvas de infarto y unas medidas de 93-65-102 aglutinadas en su 1,75 de estatura.

Desfilando en pasarelas andaluzas desde los 17, cuando cumplió 19 tuvo que pasar por el quirófano para solventar unos problemas de salud. La operación y el tratamiento postquirúrgico provocaron cambios en la constitución física de la palaciega, pasando de una talla 36 a una 42 . Ahí cobró brusca conciencia de que sus aspiraciones de llegar a ser una gran modelo y desfilar por las mejores pasarelas del mundo se habían tornado rápidamente en sueños rotos: «Has engordado, ya no vales para modelo».

De golpe se le cerraban las puertas de las agencias. O casi todas. En un certamen de belleza un « booker» se percató de su talento y le ofreció la posibilidad de seguir ligada a la moda trabajando para la agencia Miah Management, aunque con un matiz, sería modelo «curvy» a partir de ahora.

«Curvy», eufemismo de talla grande, es un concepto que irrumpió con fuerza en Norteamérica hace unos años gracias a modelos como la canadiense Tara Lynn , que ha sido portada de las mejores revistas de moda del mundo y que es una auténtica celebrity en instagram y demás redes sociales, y que ha sido exportado con gran éxito a Europa, especialmente en Inglaterra.

Lorena aceptó encantada. «No tenía ningún tipo de complejo y sentía la necesidad vital de expresarse en una pasarela o ante una cámara», reconoce orgullosa. Ahora, con 22 años, su meteórica carrera la ha catapultado a ser la modelo curvy más reconocida a nivel nacional, demostrando una gran versatilidad con reportajes en revistas como Hola! o AR, campañas para El Corte Inglés, desfiles en Cibeles, etc. Además, acaba de protagonizar un anuncio para televisión que se estrenará en breve.

No obstante, su mayor número de trabajos está fuera de España, trabajando para marcas como ASOS, Boohoo o Yours Clothing , ya que «aquí es una corriente en ciernes, muy atrasada respecto al resto de Europa», lamenta Lorena. De hecho, son continuos sus viajes a países como Inglaterra, Grecia, Alemania, Portugal o Turquía, donde ha protagonizado un videoclip.

La modelo palaciega ayuda a perpetuar una forma de hacer moda que personifica un prototipo en lo físico y en lo ético, plantando cara a los cánones estéticos de las últimas décadas. Y viendo el giro copernicano que está experimentando el patrón de belleza, parece cuestión de tiempo que la batuta que marca el compás de dicho estereotipo sea manejada por mujeres como Beyoncé, Jennifer López o Mónica Belluci; mujeres que hacen gala de sus formas curvas y que se encuentran en las antípodas de unas tendencias teledirigidas basadas en la extrema delgadez que han provocado problemas de salud tanto en el plano físico como en el mental .