Patrimonio
La Junta de Andalucía realizará un estudio geofísico en el conjunto arqueológico de Carmona
Empleando métodos no invasivos, se comenzará en septiembre junto a la Tumba de Servilia para identificar posibles complejos funerarios
La delegada territorial de Fomento, Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta en Sevilla, Susana Cayuelas, anunció ayer una actuación que pretende localizar complejos funerarios , aún no excavados, susceptibles de ser integrados dentro del circuito visitable del conjunto arqueológico de Carmona. Los primeros estudios se centrarán en la parcela conocida como Huerto Casquizo , una extensión de unos 17.000 metros cuadrados, contigua a la Tumba de Servilia.
El conjunto arqueológico de Carmona (CAC), dependiente de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico, es heredero directo de una institución pionera en el ámbito de la protección y difusión necrópolis romana de Carmona.
Desde fechas muy tempranas, ya a finales del siglo XIX, comenzaron las excavaciones y un buen número de estructuras funerarias fue viendo la luz . Sin embargo, según ha explicado la delegada Susana Cayuelas, con el conocimiento científico de aquellos años no era posible frenar de manera eficaz el deterioro de los elementos recién descubiertos.
Estos problemas, que la delegada de Cultura señala como particularmente graves en el caso de las pinturas murales , se han acentuado con el paso del tiempo y constituyen una las principales preocupaciones de la Administración Autonómica, que ha dedicado importantes recursos para determinar sus causas y revertir sus efectos.
Los trabajos de prospección geofísica se centrarán, como queda apuntado, en un área de unos 17.000 m² que ha permanecido intacta hasta llegar a nuestros días, conformándose como una reserva para la investigación. No se conoce la potencialidad arqueológica de los terrenos pero su ubicación y una aproximación previa a lo que ofrece su subsuelo, realizada con métodos eléctricos, hacen pensar que pueden alcanzarse notables resultados.
Toca ahora realizar un estudio detallado que, empleando georradar y tomografías eléctrica y magnética , identifique con toda precisión los lugares susceptibles de ocultar complejos funerarios, así como otros elementos arqueológicos asociados a las prácticas funerarias romanas.
En cuanto a los métodos, cabe decir que la tomografía eléctrica mide una propiedad esencial de los suelos, la resistividad (lo contrario de la conductividad), haciendo fluir una corriente eléctrica entre dos polos introducidos bajo la superficie. En la prospección magnética se recorre el terreno con un magnetómetro (que combina unos sensores magnéticos y una antena GPS para posicionar las lecturas) y así se detecta cualquier modificación del campo magnético terrestre debida a la presencia en el subsuelo de elementos distintos del propio terreno.
El empleo del georradar viene a contrastar y completar los datos ofrecidos por las técnicas ya descritas, registrando con detalle los obstáculos encontrados por las ondas electromagnéticas que emite. La realización de las prospecciones no afectará a la visita del público.
Nuevas excavaciones
Una vez completadas estas labores, que según ha dicho Susana Cayuelas serán desarrolladas entre los meses de septiembre y noviembre de este año de no surgir problemas, se dispondrá de una imagen precisa de la topografía de este sector y de los elementos conservados en su subsuelo, lo que revelará todo su potencial arqueológico y permitirá plantearse la posibilidad de emprender nuevas excavaciones en esta zona «con todas las garantías que ofrecen los más modernos métodos arqueológicos y las más eficaces rutinas para la conservación de los bienes culturales».
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