MARISMAS DEL GUADALQUIVIR

Isla Mayor, con sólo 6.000 habitantes, produce más arroz que toda Valencia

La pequeña localidad de las Marismas, escenario de la película «La isla mínima», encabeza un potente movimiento cooperativo que ha hecho de la comarca sevillana el primer productor nacional de este cereal

Tablas de arroz fangueadas en Isla Mayor, donde se rodó «La isla mínima» F.R.M.

FERNANDO RODRÍGUEZ MURUBE

Cuando en 1936 comienza la trágica Guerra Civil y el país queda dividido literalmente en dos, pocos podían intuir que exclusivamente fruto de esta fragmentación del territorio, una vasta superficie de las Marismas del Bajo Guadalquivir , prácticamente salvaje y deshabitada hasta ese momento, se convertiría décadas más tarde en una potencia de orden mundial del cultivo de arroz .

Con el inicio del conflicto Valencia queda en zona republicana, no siendo este un tema baladí, ya que las zonas del levante español y el delta del Ebro eran poco menos que las despensas del país, merced a las más de 45.000 hectáreas cultivadas de arroz que sumaban ambas zonas. Ante esta tesitura, Franco ordena al general Queipo de Llano que potencie las marismas del Guadalquivir para que produzca más arroz ante la carencia de alimento, siendo este cereal un recurso muy económico con el que combatir la incipiente hambruna .

Esta decisión supone un antes y un después para una tierra que históricamente solo se había utilizado de pastizal para el ganado de los pueblos vecinos y de otros lugares como Extremadura a través de caminos reales que desembocaban en lo que hoy se conoce como Puente de la Isla . No obstante, en 1919 hubo intento fallido de cultivo de arroz a gran escala por parte de unos empresarios ingleses.

Una vez finalizada la contienda y viendo el gran rendimiento obtenido, el régimen encomienda al industrial sevillano Rafael Beca la misión de atraer a arroceros valencianos hasta las marismas sevillanas desocupadas, iniciándose así el proceso de colonización. Este acontecimiento es el germen de la actual Isla Mayor, que en aquel momento se llamó Villafranco del Guadalquivir (en honor al dictador Francisco Franco ).

Un ejemplo de este «trasvase» de arroceros hasta orillas del Guadalquivir es el caso que narra Salvador Cuña , actual presidente de Arrozúa, cooperativa arrocera de Isla Mayor: «Mi padre llegó aquí desde Sueca (Valencia) junto a un montón de valencianos más. En un primer momento tenían que venir andando desde La Puebla, l uego poco a poco llegaron las primeras casas hasta alcanzar los más de 6.000 habitantes con que actualmente cuenta Isla Mayor », comenta.

Ya en 1979, una vez consagrado el sector en la comarca, un grupo de dieciocho jóvenes agricultores deciden crear una cooperativa ante el desamparo en el que se encontraban a la hora de defender los precios individualmente con los empresarios, dado que no tenían dónde guardar la producción, no contaban con secaderos y tenían que darle salida por muy poco dinero.

Posteriormente se crearon dos cooperativas más en el mismo municipio, haciéndose la competencia entre ellas y perdiendo así la propia razón de ser de su creación. De esto modo, y tras arduas negociaciones, se fusionan en 2005 y dan lugar a Arrozúa, una cooperativa con más de 800 socios, a la vanguardia tecnológica del sector, con unas instalaciones espectaculares y con unos índices de calidad inmejorables.

Según Manuel Cano , gerente de la Federación de Arroceros de Sevilla, «esta fusión sirvió para tener en una misma mano 13.000 hectáreas cultivadas de arroz, lo que nos hace más fuertes en el mercado». Tal cantidad de arroz aglutinada supone una producción mayor que la existente en toda la comunidad valenciana.

Arrozúa cultiva diversas variedades de arroz, siendo la joya de la corona el «marisma», redondo y muy parecido en sabor y textura al famoso «bomba» pero con un precio más económico. Así, uno de las asignaturas pendientes de esta cooperativa es hacerle un hueco en los hogares españoles.

Mayor apoyo de la UE

Por su parte, Manuel Cano lamenta la situación que atraviesa el mercado a nivel internacional. Y es que como máximo representante de los arroceros de Europa, reclama una mayor protección por parte de la UE. « Mantenemos el mismo precio desde hace más de diez años debido a la inmensa cantidad de arroz que llega procedente de Asia por culpa de la eliminación de aranceles para estos países en 2010. Y esto a España, que es la segunda mayor productora de Europa, solo superada por Italia, nos tiene muy preocupados.  Un dato muy gráfico es el hecho de que en 2009 Europa importara 9 toneladas de arroz y desde 2010 se importen 500.000 desde países como Camboya o Vietnam . Si esto sigue así muchos tendremos que abandonar después de tanto sacrificio», dice.

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