Cantillana

Hallada una carta manuscrita e ilustrada por el pintor José Pérez Ocaña en el archivo de Cantillana

En la peculiar misiva, fechada en diciembre de 1975 desde Barcelona, el artista solicita al alcalde, Jesús Pérez Pueyo, un espacio para exponer

Carta de Ocaña al alcalde de Cantillana de aquella época, Jesús Pérez Pueyo ABC

S.P.

El Archivo Municipal de Cantillana depara nuevas sorpresas. En esta ocasión, en forma de carta manuscrita e ilustrada con un autorretrato del famoso pintor local José Pérez Ocaña , un original documento hallado esta semana mientras las trabajadoras del centro realizaban tareas ordinarias de conservación y mantenimiento del archivo. Según ha explicado el concejal delegado de Cultura, Carlos Carvaja l, fue Cristina López , estudiante en prácticas, quien halló el manuscrito de Ocaña, mientras realizaba labores de limpieza y traslado de documentos en la dependencia municipal.

Se trata de una solicitud que realiza Ocaña desde Barcelona el 10 de diciembre de 1975 al entonces alcalde de la localidad, Jesús Pérez Pueyo , para que le ceda un local donde instalar una exposición de sus obras durante la primera quincena de abril del año siguiente. Curiosamente, la carta parece más bien una misiva particular dirigida al regidor, ya que el documento carece del sello oficial del registro de entrada y en su encabezamiento se dirige también a «Concha», esposa del alcalde . No obstante, se conservaba «entre el legajo de las entradas del Ayuntamiento, aunque por el momento no hemos encontrado la respuesta oficial del Consistorio, si es que la hubo, entre las salidas», señala.

En el contenido de la epístola, y a pesar de la solicitud que hace al máximo responsable político local (que era alcalde desde 1950 ), el propio artista reconoce que «no tenía muchas ganas por mi primera experiencia, pero ahora es distinto» en referencia a las críticas negativas que obtuvo en su primera muestra local por parte de unos vecinos muy conservadores, que no entendieron su sensibilidad personal ni su expresión artística. « Nadie es profeta en su tierra », reconoce Ocaña, pero «los locos vinieron al mundo para confundir a los sabios» añade.

No obstante, a pesar de todos los obstáculos que encontró en su tierra, el artista asegura sentirse « cantillanero desde los pies hasta la médula , y cada adoquín y cada fachada de cal es parte de mi cuerpo y de mis manos», en clara referencia a su trabajo como pintor de brocha gorda que ejerció en Cantillana desde su más tierna juventud.

En cualquier caso, y según el testimonio de algunos vecinos, dicha exposición pictórica de la que hablaba Ocaña en su instancia sí llegó a celebrarse, en concreto en la iglesia de la Misericordia de Cantillana , y de la muestra existiría incluso prueba gráfica documental gracias al trabajo del fotógrafo cantillanero José Manuel González Blanco .

Según ha añadido el delegado municipal de Cultura, después de informar a la familia del hallazgo, el manuscrito será expuesto de manera permanente en el Museo Ocaña , que abrió sus puertas en la iglesia del antiguo convento de San Francisco en 2017 gracias a la cesión de una colección de obras por parte de los hermanos y sobrinos del pintor.

Se da la circunstancia de que el hallazgo se produce la misma semana en que el parlamentario de Adelante Andalucía Ismael Sánchez visitaba el Museo Ocaña de la localidad para reivindicar a la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía que destine fondos públicos para el sostenimiento de este centro expositivo, de manera que se garantice su apertura permanente todo el año y la dotación de actividades en torno a la figura del pintor.

José Pérez Ocaña nació en Cantillana el 24 de marzo de 1947 y falleció en Sevilla el 18 de septiembre de 1983 . Fue un pintor autodidacta, ingenuo y espontáneo que utilizaba colores brillantes y contrastados.

Por sus tendencias sexuales tuvo que abandonar su pueblo natal en 1971 debido a la intolerancia y a la marginación que sufría, trasladándose a Barcelona , ciudad donde expresó su arte y sus transgresoras ideas. Allí vivió en la Plaza Real , donde tenía un altar con la imagen de la Virgen de la Asunción llena de flores en el balcón. Vivió en una buhardilla, de forma humilde, trabajando como pintor de brocha gorda para subsistir.

En 1983 volvió a Cantillana para celebrar una fiesta y para reunirse con su familia. El artista hizo un original disfraz de sol, con papel, telas y bengalas. Este disfraz prendió fuego, y le produjo quemaduras muy graves, que junto a la hepatitis que Pérez Ocaña sufría , produjeron su muerte. Está enterrado en el cementerio municipal de Nuestra Señora de la Soledad de Cantillana, en una original tumba en el suelo.

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