Cultura
Hacer arte con la Nacional IV, o cómo apreciar y valorar lo cotidiano
Una exposición de arte muestra la riqueza arquitectónica y paisajística del tramo Dos Hermanas-Los Palacios
Una vez dijo un poeta que cuando perdemos la capacidad de admirar, perdemos también un pedazo de nuestro corazón. Esta merma, que ocurre con bastante frecuencia ante aspectos sumamente cotidianos —y precisamente en ello radica la poca presteza a valorarlos—, es exactamente la que intentan paliar el arquitecto Guillermo Carrillo y el pintor Ernesto Mies a través de su exposición conjunta «La carretera N-IV entre Dos Hermanas y Los Palacios» .
Modelados como arcilla en manos de la historia desde la época romana (se sospecha que pudo formar parte de la vía Augusta) hasta la actualidad, los diez kilómetros de distancia que separan Dos Hermanas y Los Palacios y Villafranca por la carretera N-IV (ruta Madrid-Cádiz) , concretamente entre los puntos kilométricos 557 y 567, hoy son tristemente famosos por su alta siniestralidad —más de cien personas han perdido la vida en ella a lo largo de la última década—.
No obstante, queda constancia a través de esta presentación de que dicho tramo también concentra un vasto e inusual muestrario de etnografía arquitectónica (las haciendas Ibarburu, Bertendona, El Rosario, Meñaca, Bujalmoro, Pie de Gallo, La Mejorada Baja o Los Frailes son ejemplos claros) y paisajística de la zona.
Diferente al resto de la ruta
Un aspecto que hace a esta decena de kilómetros muy diferente a los más de seiscientos restantes de la misma ruta. Y es que en ella, resultado último del proceso de continua transformación de una vía de comunicación milenaria, se suceden las mencionadas haciendas de olivar, así como latifundios, minifundios, cortijos, olivares, tierra calma, viñas, infraestructuras de radio, gasolineras , tendidos eléctricos, silos de grano, palenques para la venta de fruta, pinos centenarios, ventas, naves, desguaces, talleres, canales, acequias, etc.
Una riqueza que ahora recogen, como piedras preciosas, con fina inteligencia y sensibilidad los paneles de Guillermo y los lienzos de Ernesto, cuyos trazos narran travesías hacia el conocimiento de un lugar y una cultura.
Según Guillermo Carrillo, ideólogo de este proyecto, «la exposición nace con la intención de dejar un testimonio gráfico de la riqueza de este tramo que tiene tanto encanto». Además, más allá de este concepto romántico primigenio, Guillermo y Ernesto también quieren que la exposición sirva para mostrar su contrariedad ante la opción tomada por el Gobierno de cara a la clara necesidad de descongestionar de tráfico este trayecto; es decir, transformar la Nacional IV en autovía en vez de liberar el peaje que transcurre de forma paralela a escasos 1.500 metros y que no cuenta con riqueza arquitectónica alguna. «Aunque somos completamente conscientes de la urgente necesidad de terminar con la enorme carga de tráfico y la altísima siniestralidad de esta carretera, a nuestro juicio, esta alternativa es muy poco acertada», afirma el arquitecto.
La exposición, que se puede visitar en la Casa de la Cultura de Los Palacios y Villafranca desde hoy hasta el próximo 30 de noviembre, será inaugurada esta tarde a partir de las 20.00 horas. Previamente, a las 18.30 horas, tendrán lugar dos charlas estrechamente relacionadas con la muestra y que están programadas dentro del admirable proyecto Aula de la Experiencia de Los Palacios y Villafranca , uno de los más destacados de la provincia: «La caminería histórica entre Sevilla y Cádiz a través de Los Palacios y Villafranca» a cargo del profesor Fernando Bejines , y «El paisaje de la Mejorada Baja y otras haciendas de olivar próximas a la N-IV» por parte del propio Guillermo Carrillo.