SIERRA SUR
Gregorita, de Aguadulce: 87 años y no deja de estudiar ni de buscar editor para su libro
Gregoria Gragea es un ejemplo de que el saber no tiene edad: estudia teatro, escritura y nuevas tecnologías
![Gregoria Gragea posa para ABC Provincia con algunas de sus obras literarias](https://s1.abcstatics.com/media/provincia/2016/07/07/s/gregorita-kyID--620x349@abc.jpg)
A sus 87 años, Gregoria Gragea es todo un ejemplo de cómo la fuerza de voluntad y la ilusión pueden sobreponerse a los saltos generacionales. Más conocida en Aguadulce como «Gregorita» , se ha ganado el corazón de amigos y conocidos por sus ganas de aprender cosas nuevas y por un fuerte espíritu de lucha que se levanta sobre el duro pasado de hambre y miseria del campo andaluz desde los años previos a la Guerra Civil .
Rodeada por una de sus hijas, Leo; por su sobrina María Gregoria; por su nuera María Isabel y por una pareja de ingleses a los que conoció cuando se vinieron a vivir a Aguadulce, Gregorita cuenta a ABC Provincia cuáles son las cosas que ha encontrado en su tercera edad y de las que no disponía en su juventud. «La primera sin duda poder tener la nevera llena, la segunda poder disponer de ropa en condiciones y, por supuesto, la posibilidad de estudiar para aprender» . Las explicaciones del porqué de este orden serían larguísimas, pero fáciles de adivinar.
A prueba de todo
«La vida entonces era muy dura. Yo digo que casi todos los de esa generación hemos llegado a los 80 años por el hambre que hemos pasado y por la alimentación tan pobre» , dice con una sonrisa. Sin ningún tipo de victimismo enumera muchas de las calamidades a las que se enfrentaron, pero como el punto de partida que despertaba la ocurrencia de la gente. «No teníamos de nada, pero lo compartíamos todo . Yo hice la comunión con un vestido prestado hecho con un saco de azúcar y con una gorra marrón. Fíjate lo bonita que iba yo», espeta mientras consigue la risa de sus acompañantes.
Pero el discurso de Gregorita abunda más en el presente y el futuro que en el pasado. Por ejemplo, habla de su gran interés por aprender, y aunque ya de pequeña trataba de repetir las letras del libro escolar «Catón» , fue cuando empezó a dar clases para adultos, ya con setenta años, cuando empezó a estudiar distintas operaciones de cálculo matemático y a desarrollar una de sus pasiones, la escritura. Su hija Leo destaca que «escribe las ideas y las cosas que se le ocurren en el primer papel que cae en sus manos, aunque sea un folleto de publicidad».
![María Gregoria, María Isabel y Leocadio abrazan a Gregorita](https://s2.abcstatics.com/media/provincia/2016/07/07/s/gregorita-familiares-kyID--510x286@abc.jpg)
De una recopilación de algunos de los poemas que escribió nació su primer libro «La calle de enmedio de Aguadulce », en las que Gregorita habla de su vida, la de su familia y la gente de su pueblo. Y es que tanto la mirada como los textos de Gregorita muestran la sabiduría y la enseñanza de una persona mayor. No por menos siempre suele estar acompañada por vecinos de todas las edades, que la miran con auténtica admiración.
Con el borrador de su segunda recopilación de relatos en la mano, Gregorita asegura que «Tengo ganas de hacer de todo». Un espíritu que le ha permitido apuntarse a clases de teatro, a aprender a usar un ordenador, «me pongo la letra a tamaño 24» o los libros digitales, y a jugar en campeonatos locales de dominó y petanca, modalidad en la que asegura que ha ganado hasta copas. Ahora espera que la propongan una vez más como pregonera de la feria: «La primera no me dejaron salir mis hijos» , ríe.
Gregorita es una apasionada de la escritura. Sus hijos le regalaron la edición y publicación de un centenar de ejemplares con sus poemas bajo el nombre de «La calle de enmedio de Aguadulce». Ahora está en plena búsqueda de un editor que quiera ayudarle a publicar su nuevo trabajo, «Mis relatos».