LA MADRUGÁ UTRERANA

El gitano de 91 años que regaló la Esperanza a Utrera

Diego Jiménez, número uno de la hermandad de los Gitanos, recuerda cómo logró hace más de medio siglo que un anticuario donara la imagen de la Virgen de la Esperanza, la reina de la Madrugá

La Virgen de la Esperanza de la hermandad de los Gitanos está ligada a la vida de Diego Jiménez A.F.

ALBERTO FLORES

Desde hace 60 años, cada madrugada de Viernes Santo , las calles de Utrera acogen la explosión de sensaciones que supone la salida de la hermandad de Los Gitanos . Una cofradía sin la que ya no se pueden entender estos días grandes en la localidad y que fue forjada por un grupo de gitanos que un día soñó con el C risto de la Buena Muerte y Nuestra Señora de la Esperanza.

A sus casi 92 años, Diego Jiménez Núñez , actual hermano número 1 de Los Gitanos, fue uno de esos hombres, que prácticamente desde el principio contribuyeron de manera crucial, para que un colectivo tan determinante en Utrera , como los gitanos tuviera una hermandad que pudiera representar su forma tan personal de entender la religiosidad.

La hermandad se fundó en 1956, realizando su primera estación de penitencia en la Semana Santa de 1957 , solo con el Cristo de la Buena Muerte , un magnífico crucificado, de autoría anónima, de principios del siglo XVII y que recibía culto en la iglesia de Santiago. No fue hasta 1958 cuando salió por primera vez a la calles de Utrera, la reina de la Madrugá , Nuestra Señora de la Esperanza, en este caso sin palio.

En este momento es precisamente donde entra en acción el que para muchos es el gitano más elegante de Utrera, Diego Jiménez Núñez. La imagen que hoy despierta una enorme devoción en Utrera era propiedad de un anticuario afincado en la localidad llamado Guillermo Barbosa . Desde la primera vez que Diego Jiménez vio esta imagen en su taller, se enamoró y desde entonces no paró hasta que consiguió que la Virgen fuera donada por el propio anticuario a la hermandad, iniciándose una bella historia. Una imagen que había sido tallada por el jerezano José Moreno Alonso y que posteriormente fue restaurada por Luis Álvarez Duarte en 1971.

Destinos unidos

Desde entonces los destinos de este utrerano se unieron para siempre con la imagen de la Virgen de la Esperanza . De hecho, uno de los momentos más emotivos del recorrido de esta hermandad, es precisamente el paso del cortejo por la calle donde vive Diego , donde el utrerano suele salir a la puerta y dedicarle unos cariñosos versos a la Virgen, recordando el día en el que se unieron para siempre sus caminos, un instante que este año será muy difícil para él, ya que recientemente ha fallecido su compañera inseparable, su esposa.

La historia de cómo llegó esta dolorosa a la hermandad la ha contado Diego en infinidad de ocasiones, aunque como él mismo asegura « todavía tengo una espinita clavada , ya que ningún secretario ha sido capaz de reflejar la historia en los libros de actas de la hermandad».

Su casa es un pequeño museo, donde todos los rincones guardan sus recuerdos en forma de fotografías, en las que aparece junto a toreros como Curro Romero o cantaores como Pansequito. Su favorita, una en la que consiguió que se arrancara por bulerías el torero Pepe Luis Vázquez . Un hombre que en sí mismo es historia de Utrera , magnífico narrador de historias y que cada madrugada de Viernes Santo recuerda cómo una vez se enamoró a primera vista de una Virgen que desde entonces deja estampas cada año en las calles, sin las que ya no se puede entender la Semana Santa de Utrera.

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