Lebrija

El futuro de las Cruces de Mayo de Lebrija pasa por la implicación de la juventud

El Almirez de Plata 2018, Juan de Dios Doblado, aboga por que los jóvenes ayuden a los mayores en el montaje y en el desarrollo de la fiesta

Juan de Dios Doblado acompañando a una pandilla crucera durante la entrega del Almirez de Plata de 2018 A. H.

ALEJANDRO HERNÁNDEZ

La continuidad de las tradiciones culturales depende y mucho de que los jóvenes las asuman como propias, ya que las costumbres y tradiciones pierdan fuerza cuando cambian las creencias de la población, su sentido de la vida y su forma de entenderla. La juventud representa el futuro inmediato, también para las tradiciones. Así lo entiende Juan de Dios Doblado , Juande para todos los lebrijanos, a la hora de analizar qué le depara el futuro a una de las tradiciones más ancestrales de Lebrija: las Cruces de Mayo .

«Los lebrijanos, y especialmente los jóvenes, nos deberíamos sentir obligados en conservar este patrimonio cultural inmaterial», señala a ABC de Sevilla el Almirez de Plata de 2018 , un galardón que concede anualmente el programa «Vente de cruces» de COPE Radio Lebrija y que este año ha querido reconocer el trabajo de Doblado en pro del fomento de esta fiesta catalogada de interés turístico nacional de Andalucía. Las Cruces de Mayo de Lebrija de 2018 se celebran los días 4 y 5, y 11 y 12 .

Este licenciado en Historia del Arte que se gana la vida como intérprete del patrimonio local y guía turístico, hace un llamamiento a la juventud lebrijana para que participe de forma activa en la fiesta , recuerda que «muchas cruces no se montan por falta de ayuda en el montaje e instalación por parte de los jóvenes» y asegura que «hay vecinos que quieren montar la cruz de su calle o de su barrio, pero por edad no pueden, aunque algunos lo han intentado, y ahí es donde puede y debe entrar la juventud». Para Juande los jóvenes «deben implicarse más en el barrio y en la convivencia vecinal que conlleva la cruz» . Precisamente Juan de Dios Doblado es el galardonado con el Almirez de Plata más joven de las 22 ediciones en que se ha concedido.

Pero la participación de la juventud en las cruces ha implicado una evolución que ha ido permitiendo la instalación de barras junto a la cruz decorada, lo que ha desplazado en muchos casos la tradicional hospitalidad del vecindario que, como protagonista y autor de la cruz, mantenía la tradición de invitar a los visitantes a vino, caracoles blanquillos, habas corchas (habas hervidas con sal que se comen frías) y tortas con aceite y sal. Esta situación se constata con el hecho de que de las 18 cruces que se montan este año , seis son de vecinos, que mantienen la tradición de hospitalidad, y el resto, seis de hermandades, cinco de entidades y asociaciones y una de un partido político, desarrollan la fiesta con barra de bar incluida.

«Las barras parece que se han asentado», comenta Juande, «pero hay que tener en cuenta que a la cruz no se llega pidiendo caracoles, es el vecino el que los ofrece , así que si existe una barra el visitante se ve con más libertad que pedirle al vecino que lo invite». A este argumento, el Almirez de Plata 2018 hace una puntualización: «Abogo por que la barra esté al final del espacio de la cruz o alejada de ella para que se mantenga el protagonismo de la cruz y no moleste a los que cantan y bailan».

La fiesta de las mujeres

La también llamada fiesta de las mujeres, «donde ellas son las que mandan y los hombres son los mandados» , destaca Doblado, es un aspecto de la fiesta que aún se mantiene, «aunque ahora ya van muy de la mano, pero se mantiene el poder femenino sobre todo a la hora de decorar». En este sentido, Juande pone como ejemplo su experiencia particular de hace dos años durante el montaje de la Cruz del Rincón, «cuando me volvieron loco al colocar un farolillo, que si ahí mejor que aquí, que si dale la vuelta… Tardé un buen rato en colocarlo».

El galardonado considera como una peculiaridad de las Cruces de Mayo de Lebrija su valor antropológico por la participación del vecindario y «el hecho de que el tablao, donde se baila y canta, donde se expresa la vida, es más protagonista que el altar que se convierte en la excusa para la visita, para que llegue un niño y comparta la fiesta con una mujer mayor», y todo a ritmo de sevillanas corraleras.

En cuanto al cada vez mayor protagonismo de las hermandades, Juande subraya que «gracias a ellas hay más cruces que si solo se limitaran a las de los vecinos y los barrios» pero advierte a los jóvenes que «no deben quedarse en una sola cruz, tienen que seguir con la costumbre de ir visitándolas en pandilla una por una ». Doblado también defiende que la juventud «escuche a los mayores, recoja su sabiduría y tome el relevo».

Juan de Dios Doblado, en el centro, junto a familiares, autoridades municipales y trabajadores de COPE Radio Lebrija A. H.

El futuro de las Cruces de Mayo de Lebrija pasa por la implicación de la juventud

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