Alcalá de Guadaíra

El ADN frustró un robo casi perfecto en Alcalá de Guadaíra

El Tribunal Supremo acaba de confirmar la condena por un asalto muy violento de 2009

Un agente del Cuerpo Nacional trabajando en el laboratorio ABC

SILVIA TUBIO

La víctima de un robo violento fue asaltada y torturada en su casa de Alcalá de Guadaíra en 2009. No pudo ver a los asaltantes, el botín en joyas nunca fue recuperado. El caso estaba pobre en pruebas y se complicaba su resolución. Todo apuntaba a que los investigadores se enfrentaban a un robo perfecto. Hasta que el ADN de uno de los ladrones apareció en un cinturón que había sido usado para maniatar al dueño de la vivienda.

La base única de datos con perfiles genéticos que Interior creó a partir de los atentados del 11-M dio el nombre y los apellidos de un sospechoso que ya estaba fichado. Esa confirmación abrió la puerta a la siguiente prueba. En el registro de su casa, la Policía halló los pasamontañas que vestían los asaltantes; un material que sin la llave que había aportado la ciencia no se hubiera conseguido.

Siete años después de aquel asalto, el Tribunal Supremo confirma que aquellos vestigios recuperados en el escenario de los hechos son suficiente prueba de cargo para mantener la condena del principal procesado a pesar de los intentos de la defensa por desvirtuar la importancia de ese material, según la sentencia dictada a principios del mes de julio.

Torturado

Ocho y media de la tarde en un chalé de Alcalá de Guadaíra. Finales de septiembre del año 2009 , ya era de noche cuando el dueño apuraba la velada con un conocido en el interior de su casa. No se había percatado de que éste había dejado la puerta de entrada abierta . Cuatro encapuchados aprovecharon esa ayuda para entrar sin problemas a la casa tras saltar el muro que cierra el jardín. Nadie les vio.

De los tres individuos que ejecutaron el asalto, sólo fue identificado y sentenciado uno de ellos

La víctima fue sorprendida por los ladrones. No le dieron la oportunidad de reaccionar, en sólo unos segundos estaba tirado en el suelo. Uno le encañonaba mientras otro le pinchaba con un cuchillo en un costado. Le exigían que les dijera dónde estaba la caja fuerte.

Manejaban información previa, sabían que este alcalareño tenía pertenencias de valor y guardaba dinero en metálico en casa. Durante la investigación se supo que no fue una casualidad que la víctima estuviera acompañada aquella noche. Aquel conocido finalmente fue detenido y condenado a dos años como cómplice.

Este vecino de Alcalá de Guadaíra vivió un auténtico calvario. Al negarse a decir dónde guardaba el dinero fue atado, golpeado con un bate de béisbol, quemado con un mechero y hasta le introdujeron con violencia un bolígrafo en el oído. Finalmente cedió.

La causa judicial ha estado parada en varias ocasiones , tardando seis años en ser juzgada por la Audiencia de Sevilla, que dictó sentencia en octubre del año pasado. De los otros tres procesados, acusados de haber ejecutado el asalto, sólo ha sido condenado a seis años uno de ellos, cuyo ADN le delató.

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