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El fiscal recuerda al jurado que el acusado mató al comerciante chino en Carmona «por cinco euros»

El juicio contra 'Gonso', ha concluido este lunes con una extensa última intervención del acusado para poder «contar la verdad», admitiendo «no ha matado a nadie nunca por matar», aunque en la cárcel aprendió técnicas para hacerlo

El acusado, tras las mamparas por el coronavirus, durante el primer día del juicio Manu Gómez

J. Díaz

Cuando el pasado miércoles Alfonso G.R. terminaba su declaración como acusado de asesinar en Carmona a Jian Lin Wan , un comerciante de nacionalidad china al que robó una litrona y una botella de anís, le preguntaba a la magistrada-presidenta «cuándo podría decir la verdad» , pues «tiene derecho a defenderse». El juicio contra este conocido delicuente, sobre el que pesan alrededor un centenar de detenciones y diez años entre rejas , ha terminado este lunes con su derecho a la última palabra, que 'Gonso', como es apodado', ha hecho uso de forma extendida. Pero la última sesión ha estado marcada por las palabras del fiscal en su informe final recordando a los miembros del jurado popular que este acusado mató al tendero «por cinco euros» .

El 19 de mayo de 2019, sobre las ocho y media de la tarde y mientras Carmona celebraba su Feria, 'Gonso' viajaba en el coche junto a su hermana, su hijo, la novia de éste y su sobrino, pidió a su hermana que parase junto a la tienda que regentaba la víctima con su esposa. Entró y sustrajo una litrona y una botella de anís . Se quiso llevar las bebidas sin pagar, lo que fue recriminado por el comerciante. Entonces, el acusado respondió presuntamente asestándole seis puñaladas, según han descrito hoy los forenses, la tercera de ellas fue mortal: le seccionó la carótida . Después, se fue a su casa, donde se atrincheró para evitar ser detenido, lanzando a los agentes de la Guardia Civil una botella con líquido inflamable en su interior.

« Alfonso acabó con la vida de Wan por cino euros, eso es lo que vale la vida para él ». Éstas han sido las palabras del fiscal durante su informe final, en el que ha resaltado la falta de empatía del acusado, una persona «muy peligrosa», de las que uno no quisieras encontrarse por la calle.

Tanto la Fiscalía, que pide 28 años de cárcel por asesinato, robo y atentado contra la autoridad, como la acusación dudan de que el acusado actuara bajo los efectos del consumo de alcohol y drogas, algo que sólo mantienen sus familiares. De hecho, el informe de la facultativa que lo atendió aquel fatídico día lo vio consciente, orientado y colaborador. No apreció señales de síndrome de abstinencia ni drogadicción .

La defensa, como hiciera durante su alegato inicial, ha vuelto a insistir en que su cliente es una persona muy enferma mental y es «una víctima de la sociedad» . Al mismo tiempo, ha intentado restar valor a las declaraciones de los testigos que apuntan al acusado, como el caso de los cinco turistas que vieron el forcejeo entre 'Gonso' y la víctima y cómo el primero le daba varios golples en el cuello, de donde rápidamente brotaba sangre abundante.

«Distinguía entre el bien y el mal»

« Claro que sabía lo que hacía perfectamente, gracias a Dios ». Son las palabras que usó Alfonso G.R. para reconocer que era consciente de los actos qeu cometió. Las dijo al comenzar su declaración el pasado miércoles y de alguna manera desmontaba las tesis de defensa usadas por su abogado durante las alegaciones previas, apuntando al jurado que a causa de la droga no sabía lo que hacía.

Este lunes, la psiquiatra ha señalado que 'Gonso' presenta un trastorno antisocial de la personalidad y que en el momento de los hechos «sabía lo que hacía y distinguía perfectamente el bien del mal ».

Si surrealista fue su declaración durante el interrogatorio el pasado miércoles, en las que el acusado pidió a la magistrada-presidenta del tribunal del jurado levantarse y con ayuda de un agente hacer « un psicodrama» o simulación de lo ocurrido tras salir de la tienda , hoy ha hecho uso de su derecho a la última palabar de manera larga y tendida, algo que no es habitual entre los acusados.

Y lo ha hecho durante casi veinte minutos con un relato inconexo. Ha apuntado que « todo es una estrategia para condicionar al jurado ». Al tiempo que, en su intento de «contar su verdad», ha insistido en que fue culpa de la víctima que le sacó un cuchillo.

«No he matado a nadie por matar», ha afirmado. No obstante, ha admitido que en la cárcel ha aprendido técnicas para matar y que si hubiera querido lo podía haber hecho sin armas: «le machaco la nuez o le hago un mataleón» . En los próximos días los miembros del jurado recibirán el objeto del veredicto y se retirarán a deliberar.

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