SUCESOS

«Por esto me van a caer 15 años, pero el problema lo he resuelto»

Así confesó el exmarido de María del Castillo Vargas tras golpearla y tirarla por el balcón de su casa en Lebrija

La Guardia Civil tapó la zona donde estaba el cuerpo de María durante la inspección ocular ABC

SILVIA TUBIO

A las seis de la mañana de ayer, como cada día, una vecina de la calle Zancarrón Jazmín de Lebrija se dirigía al trabajo bien temprano cuando se encontró con el cuerpo de una mujer tirado en la acera. Ensangrentada, no daba señales de vida y la improvisada testigo avisó de inmediato a la Guardia Civil. La víctima era María del Castillo Vargas , de 37 años. Acababa de ser asesinada por su exmarido, quien se había colado en la casa de manera violenta, la había golpeado brutalmente y después la había tirado por el balcón del primer piso de la que había sido su casa hasta hace unos meses.

María del Castillo pasaba a ser la víctima número 50 en España por violencia machista (horas después se confirmaría una muerte más en Fuerteventura), la número doce en Andalucía, la cuarta de la provincia de Sevilla.

La noticia de la muerte violenta de esta vecina de Lebrija no tardó en saltar de los corrillos de Lebrija a las redacciones de los medios. María del Castillo era la hija menor de la famosa cantaora de flamenco Juana Vargas (antigua componente del grupo Las Corraleras de Lebrija). Una familia muy respetada y conocida de la localidad.

Había dicho basta

La víctima, madre de dos hijos de once y siete años, había decidido separarse hace unos meses de su marido, Manuel R. M., de 40 años. La relación se había vuelto muy tormentosa y era vox pópuli en el pueblo que tenía problemas con las drogas. María había dicho basta. Sin embargo, en junio tuvo que denunciar por primera vez a su exmarido porque éste no aceptaba la separación y le había amenazado. En noviembre volvió a recurrir a la Justicia tras otro encontronazo con el que a la postre se convertiría en su asesino.

El 27 de noviembre el juzgado de Lebrija dictaba una orden de alejamiento que impedía a Manuel acercarse a su exmujer tras el último episodio violento. Tan sólo transcurrieron doce días hasta que en la madrugada de ayer, el denunciado decidía quebrantar la orden . Entraba a la fuerza en la vivienda de María, aprovechando que sus hijos no estaban en casa . Sabía que algunas noches se quedaban en casa de la abuela materna.

Ya dentro, atacó a la víctima golpeándola reiteradamente . Después la tiró por el balcón de la primera planta del inmueble. No contento con la brutalidad ejercida, algunas fuentes cercanas al caso confirmaron que cogió su coche y pasó por encima del cuerpo.

Una vecina y amiga de la fallecida asegura que nadie escuchó nada. «A María no le dio tiempo a pedir ayuda a gritos. Si lo hubiera hecho nos habríamos enterado. Ha tenido que ser muy rápido todo». La casa de esta mujer está pegada a la de la víctima y se despertó con su calle acordonada ya por la Guardia Civil y el cuerpo de su amiga tapado por una sábana.

Manuel está ingresado en Valme con custodia de la Guardia Civil

Antes del hallazgo del cadáver, el asesino se marchó a un centro de salud después de autolesionarse, un detalle que fue confirmado por la Guardia Civil. Mientras era tratado se conocía el hallazgo del cuerpo sin vida de María del Castillo. Fuentes policiales confirmaron a este medio que fue en ese momento, cuando iba a ser detenido, cuando confesó: «Me van a caer 15 años, pero el problema lo he resuelto» .

Desde el ambulatorio, este individuo, vecino de El Cuervo donde regenta un bar , fue trasladado al hospital de Valme donde estaba previsto ayer que fuera intervenido por una lesión en la muñeca. Al cierre de esta edición, el asesino de María permanecía hospitalizado y bajo custodia policial.

A la una de la tarde el Ayuntamiento celebraba un pleno extraordinario en el que se acordaba: dos días de luto y la suspensión de los actos de campaña y Navidad; las banderas ondean a media asta y desde ayer al mediodía en la Casa Consistorial se desplegaba una pancarta de repulsa hacia la violencia machista. «Nos hemos despertado con un jarro de agua fría, un nuevo caso de violencia machista que nos demuestra que nadie está a salvo. Esta sociedad debería sentir vergüenza. Por eso necesitamos un pacto de Estado. Basta ya de muertes», decía en el pleno la regidora de Lebrija, María José Fernández.

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