Arahal

La esquina de la positividad donde «El Granaíto» de Arahal no sólo vende cupones de la ONCE

Carlos Gil recuerda cada día a sus clientes de Arahal que «hay que ser buen vecino y mejor persona»

Carlos Gil «El Granaíto» en la calle Madre de Dios de Arahal donde vende cupones de la ONCE C. G.

C. González

Casi cada día, desde primera hora de la mañana, Juan Carlos Gil, Carlos «El Granaíto» , se apropia de un pequeño espacio de la calle Madre de Dios de Arahal para vender cupones de la ONCE .

Pero no se limita sólo a ganarse la vida con este trabajo, sino que ha convertido ese espacio en una plataforma para decir a los clientes que hay que ser buen vecino y mejor persona . Algo tan sencillo y a la vez tan extraordinario que a ese trozo de calle se le conoce ya como «la esquina de la positividad» .

Y tanto es así que El Granaíto no quiere oír malas noticias. Y si las oye, siempre tiene palabras de aliento y consuelo para sus vecinos y clientes. Todo empezó hace cuatro años, cuando cambió un negocio de Todo a 1 euro por un puesto en la mayor empresa española de prestación social, la ONCE.

Poco antes, ya se había hecho un hueco en la esquina. Porque Carlos, sabedor de su encanto con la gente, «algo genético» —dice—, había puesto en marcha una antigua idea. « Recuperé las antiguas papeletas de los canastos », explica.

Se trata de una rifa popular «mágica y positiva» que sigue haciendo cada semana, con productos de la tierra, para alegrar el mes a quienes por solo un euro entran en un sorteo en el que les puede tocar, por ejemplo, diez botellas de 5 litros de aceite.

Cuando Carlos tiene descanso laboral, a la esquina, una de las más transitadas de Arahal , le falta su risa contagiosa y su voz llamando la atención de cualquier cliente o, al contrario, porque cuando se acerca a tomar café, cualquiera de sus conocidos «guarda el fuerte» mientras él, desde la misma puerta del bar, anuncia su inminente regreso.

Guarda en la memoria anécdotas de cuatro años en la calle. Y muchos más en negocios familiares. Porque José Carlos Gil nació en el seno de una familia de autónomos. Primero fue un bar cuya herencia quedó en el paladar de muchos arahalenses. La ensaladilla de Ana , su madre, será recordada por los siglos de los siglos. Era el bar El Granaíto que regentó su padre, Antonio, durante casi 50 años. Después pasó a ser Mercería Ana .

Él sonríe todavía con los recuerdos de aquellos tiempos, en los que la calle Madre de Dios era ya punto de encuentro para quienes llegaban al pueblo. Carlos no podía dedicarse a otra cosa que el contacto con la gente.

Con este don bien podría haber estudiado Psicología, pues tiene la palabra precisa para cada situación con solo mirar la cara de quién pasa. A veces no hace falta ni llegar a su altura, desde que te ve venir, ya sabe cómo llevas el día.

Este peculiar vendedor de cupones sigue reuniendo anécdotas del devenir de la calle. Se convierte en prescriptor de la Velá de la virgen Madre de Dios del Carmen, del alumbrado de Navidad para la calle, del embellecimiento del barrio.

Todo lo que se organiza en la calle tiene su impronta personal y no se arruga si tiene que pedir algo directamente a la autoridad municipal . También es el cuidador del mobiliario público hasta donde le alcanza la vista. Y tampoco le importa utilizar su perfil en Facebook para denunciar cualquier acto de vandalismo, por ejemplo, sobre las macetas de flores de los parterres de las dos esquinas que son casi su hogar.

«Influencer» del pueblo

Y con faltas de ortografías incluidas, este «influencer» del pueblo, da los buenos días en las redes sociales con reflexión mañanera. Para decirles, a quienes no alcanza en la esquina, que «la vida es maravillosa y vivirla respetando a los demás debe ser el único fin». De paso, cuenta anécdotas sobre cómo le fue el día; la palabra ilusión forma parte siempre de sus frases.

Entre las anécdotas que cuenta, está aquella del cliente que llevaba un año comprando el mismo número con paga, incluso los días de descanso del lotero. En estos días la compra se aseguraba por medio de un mensaje de Whatsapp .

Hace poco, en uno de esos días de descanso, Carlos no recibió la confirmación por parte del cliente y ese fue el día que tocó el cupón con paga incluida (150.000 euros y 5.000 al mes durante 20 años).

Este vendedor de la ONCE volverá mañana a montar una pequeña mesa de aluminio y una sombrilla en esa esquina. Una pequeña planta, un micrófono con altavoz , para cuando toca cantar, y las ristras de boletos. La suerte está echada, y con El Granaíto te toca al menos un rato de alegría y buen humor antes de seguir tu camino.

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