EDUCACIÓN

Espartinas cuenta con un colegio diferente donde cuidar a las personas es una asignatura más

Altasierra está considerado como el primer centro «compasivo» del mundo, según la New Health Foundation

Alumnos del colegio Altasierra ayudan a personas discapacitadas de forma habitual N.O.

NATALIA ORTIZ

En el colegio Altasierra, situado en Espartinas, hay competencias que no se aprenden en los libros. La solidaridad, el apoyo y la misericordia forman parte de un plan de estudios muy característico que le ha valido al centro el título del primer colegio «compasivo» del mundo, otorgado por parte de la asociación New Health Foundation.

«Pretendemos que los niños sean conscientes de la vida real, hay cosas que no se pueden enseñar dentro de un aula, sino que hay que vivir la experiencia para aprender», explica Javier Brioso , mando intermedio de Primaria de Altasierra.

«Los valores forman parte de los pilares de nuestro centro», insiste Brioso, por lo que han participado activamente en el programa «Sevilla contigo. Ciudad compasiva» , llevado a cabo por New Health Foundation y a través del que se pretende sensibilizar a la sociedad para tratar a personas con enfermedades avanzadas o en el final de su vida.

Una de las iniciativas que más repercusión tiene en los alumnos de Altasierra es la visita semanal que los menores que cursan Secundaria hacen al Centro de Disminuidos Psíquicos de Asesubpro , situado en Olivares . Allí se encargan de darle de comer a las personas afectadas, hacerles compañía y sobre todo, regalarles cariño y simpatía.

«La primera vez que van vuelven llorando. No es una situación fácil, la mayoría nunca ha tenido tan cerca una enfermedad grave y a una persona tan delicada. Pero, con el paso de los días, se dan cuenta que también son capaces de interactuar con ellos», asegura Francisco Javier Brioso. «Queremos que nuestros niños vean que a una persona enferma hay que cuidarla y ayudarla todo lo posible, no sentir pena». Además, una vez al año, son los integrantes de Asesbupro los que visitan Altasierra, donde disfrutan de una jornada de ocio con sesiones de flamenco o espectáculos ecuestres gracias a unos cuidadores muy especial, los propios alumnos.

Visitas familiares

En cuanto a las familias , una parte muy activa de la comunidad educativa del centro, también forman parte de los programas solidarios. Varias veces al año, padres e hijos visitan residencias de mayores para pasar tiempo con los internos e inculcar a los niños el valor del amor a los ancianos.

Por otro lado, los alumnos han participado en talleres sobre el concepto de la misericordia, han asistido a conferencias sobre los cuidados paliativos en la comunidad y han formado parte de diversas perfomances callejeras como lemas como «Cuidaré de ti» o «Estoy contigo» y han organizado una feria del libro solidaria.

Esta serie de iniciativas que le han hecho ser considerados por New Health Foundatio n como padres, profesores y alumnos «comprometidos y sensibilizados» sobre la importancia del cuidado y el acompañamiento a personas al final de su vida.

El trabajo del colegio Altasierra por hacer de la solidaridad un emblema no termina con el reconocimiento que le han otorgado. Francisco Javier Brioso ha desvelado que están gestionando visitas al hospital «para acompañar a los niños de oncología», con los que los alumnos jugarán, se divertirán y disfrutarán de una jornada que, con el paso del tiempo, recordarán repleta de enseñanza. « Queremos enseñarles cosas que les sirvan en la vida diaria que no se pueden leer en los libros », explica.

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