MORÓN DE LA FRONTERA
Una escuela taurina le devuelve la vida a la plaza de toros, cerrada desde el inicio de la crisis
La ha promovido Manuel Martín, un imaginero local, y pretende ser cantera de los futuros toreros de la Campiña
En los primeros años del nuevo milenio, en Morón de la Frontera se inauguró un edificio imponente que no tardaría en convertirse en una imagen inseparable de la ciudad y que, incluso, la situó varias veces en el mapa mediático. Se trataba de la plaza de toros, que en sus primeros años de vida acogió corridas y faenas de los mejores toreros del momento , así como varios conciertos y espectáculos que atraían a numerosos aficionados.
No obstante, con el paso de los años y la llegada de la crisis, la plaza cerró y se convirtió en el espacio predilecto para el ocio nocturno gracias a los bares y discotecas que hay a su alrededor . De la actividad para la que fue concebida, la taurina, no hubo más noticias. Hasta ahora .
El pasado sábado, el albero de la plaza volvió a ser acariciado por los capotes de los alumnos de la nueva aula de formación de toreros «El Gallo». Se trata de una iniciativa que nació por el interés de Manuel Martín Nieto , imaginero local y gran aficionado al mundo del toreo, algo que ha heredado su hijo, que muestra maneras en el toreo. «Él lleva dos años preparándose en la escuela taurina de Sanlúcar de Barrameda durante los veranos», afirma Martín, y lo más cercano que había era Sevilla. « Aprovechando la maravillosa plaza de toros que tenemos en Morón, pensamos en llevar a cabo esta iniciativa».
Clases semanales
Precisamente esa cercanía ha sido uno de los motivos más esenciales para que esta escuela de formación de toreros se pusiese en marcha en Morón de la Frontera, no solo por el joven Martín , sino por otros toreros de Morón y alrededores que tenían que realizar varios desplazamientos para poder formarse en su afición .
Al frente de la escuela estará el torero Juan Antonio Medina , natural de El Puerto de Santa María y maestro en la escuela taurina de Sanlúcar de Barrameda . «Es alguien que reúne todos los requisitos y conocimientos del arte del toreo para poder dar a los alumnos una formación más que adecuada», afirma M anuel Martín a ABC Provincia.
Para Medina, «es algo muy positivo que los aficionados puedan tener una oportunidad como ésta para desarrollar sus capacidades, así como los jóvenes que se quieran dedicar profesionalmente al mundo del toreo. Tenemos que aprovechar el buen ambiente y la gran afición que hay en Morón y alrededores».
Las clases, que empezaron el pasado sábado, están abiertas a todo aquel que tenga inquietud por el tema, independientemente de la edad o la experiencia. Actualmente solo son niños, pero muchos padres están mostrando interés en recibir las clases .
«Puede venir cualquiera, porque esto está abierto a todas las edades . En el mundo del toro no tiene que haber edad, sino que haya afición, interés y disciplina, sobre todo para quien quiera tener esto como una profesión», dice el profesor de la escuela.
Las clases serán semanales, al menos de momento. Cada clase será de tres horas, para alternar entre el entrenamiento físico y de toreo de salón, con capote y muleta. « Más adelante, cuando haya buena base, los alumnos verán la suerte de entrar a matar, banderillear... Hacer de todo un poco, en definitiva», afirma Medina.
Pocas oportunidades
La formación taurina es algo que está en boca de todos con las noticias del módulo de Formación Profesional taurino que el Gobierno pretendía implantar. Pero, ¿cómo están las oportunidades para los jóvenes que se quieran dedicar al mundo del toro?
«Son complicadas», afirma Manuel Martín, «y con este centro queremos que las clases prácticas ayuden a los chicos que tengan interés a que esas oportunidades se puedan aprovechar mejor». Para ello quieren organizar prácticas con becerras e incluso la celebración de algún festival donde puedan darse a conocer. Medina, por su parte, incide en que lo importante es «aprender, evolucionar, tener constancia y disciplina y nunca perder la afición» para que se pueda aprovechar al máximo la experiencia.