CAÑADA ROSAL
Los envases de madera dan trabajo a medio pueblo y se exportan a Centroeuropa, Brasil y EE.UU.
La cooperativa Coenca, fundada en 1978 en el despacho del párroco, ha conseguido una gran flexibilidad productiva y emplea a 200 personas en Cañada Rosal
La primera oficina que tuvo la Cooperativa de Envases de Cañada Rosal (Coenca) se instaló en el despacho del párroco del pueblo, en la casa rectoral. No en vano, en aquellos primeros años de cimientos e ilusión, la figura del párroco Fernando Flores fue clave para terminar de reunir a la población en torno a un proyecto laboral que se acabaría convirtiendo en el motor económico más importante del municipio.
Hoy en día, Coenca, dedicada a la fabricación de envases y embalajes de madera para frutas y hortalizas que se reparten por toda España y Centroeuropa, llegando incluso a B rasil o Estados Unidos , da empleo a más de 200 familias en el marco de un municipio de poco más de 3.000 habitantes.
Según se dice en la localidad, el presidente de la cooperativa es el medio alcalde del pueblo, y de hecho, tal y como reconoce el primer edil, Rodrigo Rodríguez Hans , la empresa es «el pulmón económico» de Cañada Rosal, un reflejo del carácter «valiente y emprendedor» de la localidad.
Los 81 socios que comenzaron a escribir la historia de la cooperativa en 1978, impulsada por Sebastián Almenara , propietario de la finca de Talancón donde trabajaban gran parte de los jornaleros del pueblo, se han doblado hasta los 192. No obstante, la fábrica emplea a 1 68 trabajadores , que llegan a los 240 en campaña (de febrero a junio).
Todos son vecinos del pueblo, lo que convierte a la entidad en una gran «empresa familiar» que ha sabido convertir este carácter en fortaleza para sortear durante estos años los embates de la crisis. En este sentido, algunos hablan de la herencia del espíritu emprendedor de los colonos centroeuropeos que fundaron el municipio en el siglo XVIII y otros de la ilusión de trabajar por un proyecto del pueblo en común.
Sea como sea, a punto de cerrar el balance de 2015, el presidente de Coenca desde enero, Felipe Pérez Valverde , afirma que las cuentas no van a ser malas porque han sido «previsores». En cambio, 2016 ha empezado de algo más tibio: la climatología a desmano, los vaivenes de los mercados agrícolas de los que dependen indirectamente... han hecho que en mayo de este año la producción haya bajado en 1,4 millones respecto del mismo mes de 2015.
Cuatro mil cajas por hora
Pero, no hay nada escrito porque, tal y como explica Pérez Valverde , trabajan a salto de mata: «Un día llenamos 20 camiones de envases, al siguiente cuatro y el posterior otra vez 20». Los mercados piden fruta desde Europa y ellos responden en tiempo real: «Si el cliente pide cajas por la mañana, las tiene por la tarde». Ello obliga a tener un inmenso stock repartido en varios almacenes con montañas de material.
La producción, asimismo, es vertiginosa: hasta 4.000 cajas por hora; y las jornadas laborales pueden llegar a las 16 horas en diferentes turnos para atender la demanda, incluidos los fines de sema na. «Si las cosas se hacen bien, con las cooperativas no hay quien pueda. Las hacen los socios y las deshacen los socios», enfatiza el presidente.
Distinguidos con el Premio Arcoiris del Cooperativismo en 1995 y B andera de Andalucía en 2014, se esfuerzan por enraizarse con el pueblo colaborando en numerosas iniciativas sociales, pues es «otra manera de cooperar».