LA ALGABA
«Donaré parte de mi hígado a mi hija si no llega ningún órgano para Semana Santa»
Juan José Gutiérrez, el padre de Carmen, la joven algabeña que lleva 9 meses esperando un hígado y tiene que administrarse morfina cuatro veces al día por los dolores, lanza un llamamiento desesperado a la ciudadanía para que done
Carmen lleva 9 meses esperando el hígado que salvará su vida. Los médicos calculan que el órgano llegará en Semana Santa . Sin embargo, el tiempo corre en su contra pues la enfermedad avanza rápidamente y la llevan a padecer unos tremendos dolores que solo puede calmar a través de grandes dosis de morfina diaria . Su padre sigue luchando para que la espera sea mínima y asegura que si la donación no está en la fecha prevista, aunque prefiera un órgano joven, donará parte de su hígado para salvar la vida de su hija de 21 años de edad.
Juan José Gutiérrez está luchando desde hace casi 7 años para encontrar solución a la enfermedad de su hija, que padece cirrosis criptogénica de origen desconocido, aunque en un primer momento fue diagnosticada de hepatitis autoinmune.
Todo comienza con 14 años , cuando a la joven de actualmente 21 años de edad le encuentran en un examen rutinario de sangre las transaminasas hepáticas altas. Hasta ese momento, Carmen no había padecido ninguna enfermedad y no se había dado en la familia ningún tipo de padecimiento hepático, por lo que los médicos no entienden de dónde puede venir esta enfermedad que suele darse en personas de edad avanzada. « Mi hija en aquel momento era una chica sana, no bebía ni fumaba y realizaba mucho deporte, pues era jugadora de balonmano », cuenta Juan José a ABC Provincia .
Hospital Virgen del Rocío
Carmen pasa por las manos de multitud de médicos y especialistas: «La llevé a todas las clínicas privadas de Sevilla , hasta que en una de ellas me aconsejaron llevarla al Hospital Virgen del Rocío que es donde se encuentran los mejores especialistas del hígado», explica este padre de La Algaba al que nada le frena.
Sin embargo, aquello no era tan sencillo, ya que al término municipal de La Algaba le corresponde por proximidad el Virgen Macarena : «Un día indagando encontré el cuadro clínico de de la unidad de trasplantes de Virgen de Rocío y vi que el principal especialista era el doctor Gómez Bravo, intenté localizarlo, lo llamé y le conté el caso, y me dijo que le llevara Carmen». De esto hace ya casi tres años.
Tres años de idas y venidas a la cuarta planta de este hospital donde es atendida por el equipo médico digestivo de la doctora María Teresa Ferre r y donde todos la conocen como « la niña de la cuarta planta».
Planta o sección que Carmen visita con regularidad, así como la unidad del dolor donde la están tratando desde marzo del pasado año, ya que la joven algabeña sufre fuertes dolores que sólo consigue calmar a través de la morfina que se administra vía nasal varias veces al día: « Ningún especialista encuentra de donde le viene el dolor, que le empieza en el hígado y se le va para la espalda» , admite Juan José, que añade que «es algo que no entendemos, ya que los diagnosticados con esta enfermedad no tienen dolor y les afecta al riñón , todo lo contrario a lo que le pasa a mi hija».
Además Carmen tiene que someterse constantemente a intervenciones de paracentesis para que le extraigan el líquido seroso que se le acumula en la cavidad peritoneal y se conoce como «ascitis», lo que le hace ganar varios kilos e hincharse . En noviembre tuvo que ser intervenida de urgencia por una hernia.
Magisterio y tratamiento
Actualmente Carmen debería estar cursando su último año de Magisterio, pero ha tenido que dejar sus estudios temporalmente debido al fuerte tratamiento al que se está sometiendo. También ha tenido que dejar sexto de grado medio de flauta travesera.
«Lo que más le duele a ella son los dos años que lleva sin tocar en la banda. Ella ahora mismo no puede hacer una vida normal y le tienen concedido el 37% de discapacidad», cuenta su padre. La joven se desplaza cada martes a la capital hispalense para inyectarse albúmina y cada noche toma cuatro tranquilizantes además de la morfina que se administra para los dolores ( hasta cuatro veces al día ), ocho diuréticos ( el máximo permitido ) y la heparina, «se la recetaron a causa de dos trombosis que padeció en la última hospitalización en noviembre».