Desescalada Sevilla
Mascarillas a juego con los trajes de primera comunión, una moda impuesta por la pandemia del Covid-19
Las tiendas han optado por diseñarlas con la misma tela que han confeccionado los vestidos o chaquetas para que no desentone con la importancia de las celebraciones, lo que ha dejado imágenes para la historia
Las comuniones han comenzado este fin de semana en Arahal , después del retraso de dos meses a causa del confinamiento. La imagen más singular y que quedará para la historia, es la de los niños y niñas vestidos con sus trajes para la celebración y las mascarillas a juego. Las tiendas que venden los trajes pidieron a los talleres que confeccionaran con algo de estilo este elemento de protección obligatorio por culpa de la pandemia de coronavirus por lo que la mayoría los llevaba con las mismas telas de los trajes.
« No pegaba nada una mascarilla quirúrgica o de tela con un precioso traje de primera comunión , así que se nos ocurrió pedir a los talleres que hicieran las mascarillas con la misma tela o que enviaran tela similar para poder hacerlas aquí», explica Isabel Calasanz, propietaria de la tienda Azahares Moda Infantil.
Por eso, este primer fin de semana de celebración tan esperado, era curioso ver a las niñas y niños llegar a la iglesia con la mascarilla realizada con la misma tela del vestido o el traje que llevaban puesto. Pero no ha sido lo único singular y fuera de lo común en estos dos meses.
Después de que anunciaran los párrocos el inicio de las celebraciones, los preparativos han vuelto a reanudarse. Las pruebas se hacían con las mascarillas que en ese momento traían de su casa. « Cuando las ví con los trajes tan bonitos y tan guapas pero con esas mascarillas tan feas , se me ocurrió que eso no podía ser así», comenta Isabel.
A uno de los talleres que llamó fue a Azul de Colibrí. Lo llevan dos diseñadores y está ubicado en Paradas. Ellos mismos se encargaron de enviar las primeras mascarillas realizadas a juego con los trajes , para que tanto niños como niñas fueran protegidos a la vez que conjuntados en este día tan importante.
Trajes en Nueva York
Las anécdotas en este sentido se han sucedido en esta tienda de Arahal que vende cada año trajes a distintos países del mundo . El año pasado salieron dos para Italia y Francia. «Contactan con nosotros por Facebook», cuentan.
Este año uno de los trajes ha viajado hasta Nueva York (EE.UU.) y, de momento, Isabel Calasanz no ha podido enviar los complementos. «Parece que allí Correos todavía no reparte, así que la niña se ha puesto el traje el día que tenía que haber hecho la Primera Comunión y se ha hecho fotos en su casa», imágenes que ha enviado a la propietaria de Azahares como recuerdo.
Basta hablar un rato con la responsable de esta tienda para saber cómo lo han pasado debido a la crisis sanitaria. Isabel Calasanz cuenta que cuando decretaron el estado de alarma había vendido ya 162 trajes de primera comunión y tenía en la tienda más de un centenar. La situación se volvió «desesperante» de la noche a la mañana porque nadie sabía lo que iba a durar esta situación y el peligro de que las comuniones no se celebraran pasó de suposición a certeza.
«En la tienda había trajes arreglados, sin arreglar, puestos de prueba y otros habían salido para hacerse las fotos , quedaban más de cien que entregar. No dormía de noche pensando en que podía ocurrir cualquier cosa, que robaran, un incendio y sin saber cuánto iba a durar esta situación», cuenta la propietaria de Azahares.
En estas circunstancias y durante el primer mes de confinamiento, comenzaron a llegarles las facturas de los trajes , 16.000 euros que tuvieron que pagar a pesar de que la tienda estaba cerrada y no había fecha de apertura inminente. «Hemos sobrevivido de momento porque el local es nuestro, no pagamos alquiler, y empleamos el dinero de los ahorros de la campaña del año pasado en pagar las facturas», explica Isabel Calasanz.
Pero esta comerciante, que lleva 12 años a cargo de la tienda especializada en ropa infantil y labores, no se dio por vencida. «No he parado de llamar a los curas para que no atrasaran las comuniones para otro año» .
Ella está en varios grupos de tiendas especializadas en trajes de celebración ubicadas en muchos pueblos de España y, asegura, «que esta situación será la ruina de muchas de ellas porque a todas les ha cogido con la tienda llena de trajes».
Un año atípico que no quieren volver a vivir ni recordar. Más de dos meses de encierro en los que han temido no levantar cabeza. La ropa de primavera está colgada aún en los escaparates y estanterías de la tienda, donde a esta altura de temporada deberían lucir los bañadores y biquinis y las toallas de playa.
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