LA PUEBLA DEL RÍO
Cuatro hermanos triunfan con cuñas artesanales que pesan casi medio kilo
La familia Ortega usa en su obrador, conocido como «Las Melonas», recetas antiguas que atraen a personas de toda la comarca
Hoy son muchos los establecimientos que venden pasteles pero en muchos de ellos entró la llamada «bollería industrial » que tan poco recomiendan los nutricionistas. Sin embargo, aún hay algunos donde poder degustar los pasteles como antiguamente se hacían.
En La Puebla del Río se encuentra uno de los lugares con más fama de toda la comarca, el obrador Ntra. Sra. Del Rocío , más conocido por «Las Melonas» . Llevado por los hermanos Montero, Dori, Mª José, Mª Luisa y Ángel, son famosos por crear dulces completamente artesanales con las recetas originales de antaño, culpables de llevar más de dos décadas endulzando a los paladares más exigentes. «Mis padres no se han dedicado nunca a los dulces. Eso sí, mi madre siempre había hecho muy bien las cañitas y los quemaditos, incluso le ayudaba con éstos a otra cafetería», comenta Dori. «Fue entonces, cuando ya éramos más mayorcitos , yo apenas tenía 19 años, que decidimos hacer los pasteles para venderlos nosotros mismos».
Pero si algo da renombre a este obrador, esas son sus cuñas. Este curioso dulce de unos 400 gramos, empieza como un pan redondo convertido en bizcocho; luego se cubre con crema y, finalmente, una gruesa capa de chocolate en la parte superior. La presentación es todas unidas formando una gran círculo de chocolate. «Han viajado por todo el mundo , pues vienen de todas partes sólo para comerlas y llevarse luego ruedas enteras de vuelta a casa», explica Mª José Montero
La primera repostería se fundó en 1996 «por casualidades de la vida», justo en la parte baja de la casa de sus padres. «Empezamos sin saber, pero poco a poco fuimos puliendo la técnica. De hecho, nuestro amigo Curro « El Pulga» fue el que nos enseñó y ayudó a montar todo el mobiliario», explica Mª José. «Lo primero que nos dijo fue que aquí se sabe cuándo se acaba, pero no cuándo se termina».
El curioso nombre de «Las Melonas» viene por su bisabuelo, quien trabajaba con Eduardo Miura como mayoral de una de sus fincas. «Un día, le encargaron picar a un toro. Tal dinero vio que se ganaba y, encima, lo hacía tan bien, que siguió con ello», aclara Mª José «Fue así como le dijeron que era capaz de hasta picar un melón. Justo de ahí viene el apodo », cuenta.
Más de veinte empleados
Este negocio tiene más de 20 empleados repartidos entre los distintos puntos de venta. «Los trabajadores nunca tocan los ingredientes principales, tan sólo amasan y hacen el dulce final. Sobre todo la receta de las cuñas es un secreto que guardamos bien y sólo las elaboramos los dueños», aclara Dori.
Para suplir la inmensa demanda de dulces, todos los días están a las 7 en punto elaborando pasteles. «Tan sólo hacemos una parada a las 8 para llevar a los niños al cole. Y ya luego hasta la hora de cenar», comenta Mª José.
Hay un detalle fundamental y es que las «auténticas» cuñas de «Las Melonas» sólo pueden comprarse en los establecimientos de la familia Montero. «Hay muchísimas cafeterías que venden sus cuñas como nuestras, cosa que es imposible. Sólo las vendemos nosotros y no trabajamos con terceros que las comercialicen », aclara Dori.
A día de hoy, los hermanos Montero no tienen intención de seguir expandiendo el negocio. « Queremos continuar con la calidad que damos a los clientes. Es el sello que nos distingue» , garantiza Dori. «Siempre hay que agradecer a todos aquellos que han venido a por cuñas, no quedaban, y se han vuelto a pasar por el obrador para volver por ellas», explica Mª José. «El que quiere una cuña de «Las Melonas» no se conforma con otra cosa», ríe.