Coronavirus en Sevilla
Cuarenta días de cuarentena sin freno en los pueblos de Sevilla
Así han reaccionado los municipios de la provincia de Sevilla desde que se decretara el estado de alarma por el coronavirus
El mapa de los 12.237 casos positivos por coronavirus en Andalucía
Una cuarentena no tiene por qué coincidir con cuarenta días, pero sí tiene como denominador común el estar aislado durante un tiempo no específico para evitar que se extienda una enfermedad, en este caso el coronavirus .
Desde el pasado 14 de marzo, cuando se decretó el estado de alarma , los municipios que conforman la provincia de Sevilla han tenido que adaptarse a esta nueva realidad. Y lo han hecho por fases escalonadas sin tener experiencia alguna que les pudiera orientar si una medida u otra ha sido la más acertada.
Desde ese día, los pueblos han modificado su día a día y si hay un adjetivo que ha definido menor esta conducta éste ha sido el de la solidaridad . La mayoría de los municipios sevillanos han seguido un mismo patrón, desde el más pequeño, El Madroño que apenas alcanza los trescientos habitantes, hasta el más poblado después de la capital, Dos Hermanas con casi 134.000 habitantes.
En estas mismas páginas hemos ido contando la solidaridad de los primeros tractoristas que se pusieron en primera fila para llevar a cabo labores de desinfección de las calles de sus pueblos. Los agricultores de Utrera, El Viso del Alcor, Mairena del Alcor, La Puebla de Cazalla o Herrera fueron los primeros en coordinarse con las autoridades municipales para evitar que el Covid-19 se propagara.
Luego llegaron los tractoristas del resto de los pueblos, quienes se tuvieron que enfundar en trajes especiales como medida de protección. Hasta alcaldes de pequeños pueblos como Los Molares o El Real de la Jara se encargaban de portar petacas de un líquido que empezaba a estar en boca de toda la provincia, el hipoclorito. Un producto que mezclado con agua, se convierte el lejía.
La Diputación de Sevilla ha comprado cerca de 50.000 kilos de hipoclorito sódico que ha repartido entre sus pueblos, a los que hay que sumar, una vez más, la solidaridad de los vecinos, como los de Gilena, que donaban botellas y botellas de lejía al Consistorio.
Incluso en varios pueblos de la provincia se han llegado a instalar arcos desinfectantes automatizados para fumigar todos los vehículos que llegaban, como son el caso de El Saucejo, Villanueva de San Juan o Algámitas que fueron los primeros, o Gines , que lo instaló hace unos días.
Controles policiales, coordinados con el puesto más cercano de la Benemérita, han sido y son una estampa habitual para evitar que nadie se salte el confinamiento. Hasta el Ejército del Aire se ha prestado para este cometido. Fue en ABC donde dimos cuenta de cómo que en localidades como Dos Hermanas, Alcalá de Guadaíra o Utrera empezaban a desplegarse por primera vez. Posteriormente, han ido rotando en el resto de la provincia.
Otra de las imágenes que ha dejado esta cuarentena, que se ha ido prorrogando cada quince días desde el 14 de marzo, ha sido la de la fabricación de mascarillas para aquellos trabajadores que luchan más cercanamente con el Covid-19, sanitarios, policías, bomberos...
La falta de material por parte de las autoridades se suplió por la solidaridad de muchos municipios que empezaron a fabricar de manera artesanal estas protecciones. Destacable ha sido la labor de los tapiceros del municipio de Pilas que en todo este tiempo han llegado a poner en circulación más de 40.000 y más de 23.000 equipos de protección individual, los EPI, otra palabra que ha entrado de lleno en el nuevo diccionario pandémico.
Pero no hay que olvidarse de las costureras , que desempolvaron sus máquinas de coser para tal fin, como las de Gelves , donde la Fundación Samu llegó a contratar a varias de ellas para su fabricación.
Quizá entre lo más llamativo que han llegado a hacer los ayuntamientos durante todo este tiempo ha sido el hecho de destinar partidas especiales para ayudar al pequeño comercio local y autónomos poniendo sobre la mesa más de diez millones de euros entre Alcalá de Guadaíra, Utrera o La Rinconada .
O la masiva modificación de la ordenanza de tasas municipales que han llevado a cabo en la mayoría de los pueblos para evitar que las familias más desfavorecidas se queden por el camino. O la solidaridad de municipios como Bormujos, Arahal o Mairena del Aljarafe , por citar tan solo unos cuantos, donde se han creado bancos de alimentos para los más necesitados, así como la puesta en marcha de servicios de ayuda psicológica para su vecinos, como San Juan, Alcalá o Guillena , entre otros.
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