El crimen del joyero de Carmona: el tercer acusado reconoce los hechos, pero precisa que él no lo golpeó

Admite que lo amarró y que no hizo nada para frenar los golpes del principal acusado, ya condenado; el enjuiciado ha pedido cumplir la pena que le imponga en Rumanía, su país de origen

El crimen del joyero de Carmona: «¿Un infortunio o un accidente? No, fue un asesinato»

El rostro del acusado reflejado en la mampara instalada en la sala de vista por el coronavirus Rocío Ruz

Jesús Díaz

Ionut A. es el nombre del joven rumano que se ha sentado en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Sevilla por el crimen de Francisco Cintado durante el atraco de su joyería en Carmona en agosto de 2018. Los acusados por este crimen eran tres compatriotas. Dos de ellos ya fueron condenados. Ionut, que se encontraba en busca y captura desde el día del asesinato, cayó en manos policiales en julio de 2021 y le tocaba enfrentarse a la Justicia. Está acusado de asesinato y detención ilegal para cometer el rob o y se enfrenta a 33 años de cárcel. Este lunes ha reconocido los hechos, el plan para robar, pero ha precisado que no golpeó a la víctima, sólo la amarró y ha señalado que su compatriota Gheorghe, ya condenado, fue quien le pegó.

En noviembre de 2020 un jurado veía culpable de asesinato a Gheorghe y al segundo acusado, Iulian, quien hizo las labores de vigilancia en la calle durante el atraco, culpable de un delito de lesiones graves. Le cayeron 33 años y 20 años, respectivamente. Si bien, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía , tras estimar los recursos de sus defensas, rebajó las condenas a 31 años y medio y a ocho, respectivamente.

Aquella vista oral y posterior sentencia no cerraba el crimen de Francisco Cintado, cuyo asesinato dejaba viuda y dos hijas . Aún quedaba un tercer implicado en paradero desconocido. Estaba oculto en Rumanía «por miedo», según ha admitido este lunes. Fue detenido en julio de 2021 y puesto a disposición de las autoridades españoles un mes después. Desde entonces está en prisión provisional .

La Fiscalía solicita para él lo mismo que en su día para Gheorghe, pues considera que junto a éste entró en la joyería para robar y golpear a su propietario hasta donde hiciera falta, mientras el tercer implicado, Iulian, permanecía en la calle vigilando la tarde del 6 de agosto de 2018 en Carmona.

Ese era el plan al que llegaron los tres ladrones, asaltar la joyería, según ha afirmado este lunes Ionut. Tres días antes del asesinato, habían estado en la joyería para dejar un reloj para reparar. Esa era la excusa, el verdadero motivo era ganarse la confianza del joyero y conocer las instalaciones del comercio y las medidas de seguridad para dar el palo el señalado día 6.

En su declaración, Ionut, que se ha mostrado muy arrepentido por lo ocurrido y ha pedido perdón a la familia Cintado, ha explicado que el plan era robar, nunca matar a nadie. La defensa del acusado, que ejerce el letrado Alejandro Gómez, ha adelantado en su turno de alegaciones previas que su cliente iba a reconocer los hechos del escrito de acusación de la Fiscalía y asumirá las consecuencias penales que de ello deriven, pero también ha indicado que su intencionalidad inicial nunca fue dar muerte a Francisco Cintado.

"Sólo lo amarró"

En esta línea han ido las respuestas del acusado, algunas en castellano y otras en rumano. Ante las cuestiones detalladas del representante del Ministerio Fiscal, Ionut ha indicado que reconoce los hechos y quiere pedir perdón por lo que ha hecho. «Nunca he matado a nadie en mi vida», ha afirmado.

Y es que el acusado ha intentado aclarar que participó en el robo pero nunca golpeó a la víctima, sólo «la amarró» con bridas y cinta americana . Fue Gheorghe quien le pegó, aunque él no hizo nada para que frenara ni le dijo que parase. Tampoco llamó a los servicios de emergencias al ver a Francisco malherido. Una patada de Gheorghe lo dejó inconsciente y tirado en el suelo.

«Queríamos robar pero no hacer daño» , ha vuelto a expresar el acusado, que no recordaba que se hubiera sentado sobre el pecho de la víctima, obstaculizando su respiración, mientras su compatriota desvalijaba la joyería. Lo dejaron «abandonado» y sin posibilidad de moverse, aunque no pensó que podía morir.

Le pegaron para poder robar, pero él no le agredió, sólo ayudo para inmovilizarlo. Al final de su interrogatorio, Ionut ha vuelto a mostrar su arrepentimiento y la vergüenza que le producen los hechos porque él también tiene familia, mujer y tres hijas que viven en Rumanía. «Nunca pensé matar a nadie» , ha añadido.

Ha precisado que no se declara insolvente y que quiere pagar cuanto pueda a la familia de la víctima, al tiempo que asumirá las consecuencias penales de sus actos, aunque ha expresado su deseo de hacerlo en su país de origen porque sus padres son mayores y no sabe si los verá cuando salga.

El juicio con jurado seguirá mañana aunque ahora está por ver si, después del reconocimiento de los hechos, las partes renunciarán a parte de la prueba propuesta y si las acusaciones, Fiscalía y familia, modificarán las peticiones de condena en base a dicho reconocimiento.

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