Asesinato en Gerena
Así era Gonzalo, «la voz y la imagen» que acompañó a los vecinos de Gerena antes de su violenta muerte
Uno de los perros que alertaron a los vecinos del asesinato de su dueño ha sido adoptado por una vecina
Rumba y Merlín caminan felices por las calles de Gerena . Se paran con los que quieren acariciarlos, con los niños, intentan volver a la normalidad, pero ellos saben que nada volverá a ser igual.
Son dos perros, los dos que tenía en su casa Gonzalo, el vecino de la localidad que fue encontrado muerto con un golpe en la cabeza el pasado martes, y cuya muerte violenta ha causado una honda conmoción en este pueblo de poco más de 7.000 habitantes, poco acostumbrado a que su rutina se vea alterada del trabajo diario en la aceituna o en la mina.
«Hay que ver lo bien cuidados que están». Es el comentario generalizado cada vez que alguien se cruza con los dos perros, sobre todo cuando acarician el inmenso pelo de Rumba, un pastor alemán que todavía llora algunos días recordando a su dueño y que ha sido adoptado por una vecina.
Su estado es un ejemplo, para los vecinos, de cómo era Gonzalo. En el bar de la calle Miguel de Cervantes donde solía desayunar se le define con una palabra: « era de esas buenas personas que pasan por la vida sin hacer dañ o».
Una frase que se repite casi en cada calle de La Cantina , la zona centro del pueblo, donde se concentran la mayoría de los bares . Es un pueblo que tiene acotada casi toda su actividad comercial en torno a ese punto, y donde, lógicamente, casi todos los vecinos se conocen.
Gonzalo era «el de la tele» . Hacía varios años que dirigía una tertulia en la televisión local Tele Gerena , el único medio de comunicación local de este pueblo.
«Hay muchas palabras, palabras buenas, palabras malas, medias palabras…», reza la promoción de esa tertulia que todavía se puede ver en en el canal de youtube de la televisión local gerenense, donde sale, un instante, con un libro en las manos. No es casualidad.
Durante muchos años, Gonzalo fue el guía de sus vecinos a la hora de leer, desde su puesto en la biblioteca municipal . Los libros y los animales eran sus grandes pasiones , unidas a sus sobrinos.
Huérfano hace varios años, su hermana murió en un accidente de tráfico , y sus hijas eran el nexo familiar que mantenía en el pueblo, unidas a una hermana que ha llegado en estos días al pueblo procedente de Francia, donde vive, para tramitar todo lo necesario para el sepelio.
Pero, además, era «Gonzalo el de la radio». Durante mucho tiempo, fue la voz que acompañó a los vecinos desde la FM en su pueblo, en una de esas emisoras municipales que nacieron con los albores de la década de los 80, hasta que un rayo cayó sobre la antena de la casa, apagando la radio para siempre.
Saber cuándo será el entierro de Gonzalo es una de las conversaciones que se escuchan en cada rincón del pueblo en estos días. Cada vecino tiene una palabra de cariño distinta para este hombre, que pasó 62 años de su vida intentando fomentar la cultura en un pueblo que se acostumbró a su voz y a su imagen .
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