Tribunales
Crimen de Gerena: El acusado asegura que sólo le dio un «manotazo» a la víctima y que lo dejó con vida
El juicio por la muerte de Gonzalo Verdugo, el conocido trabajador de la televisión municipal de Gerena, reabre el periodo extraordinario de vistas orales en agosto en la Audiencia
La Audiencia Provincial de Sevilla retomaba este jueves la agenda de juicios en pleno agosto. Una fecha inusual motivada por la pandemia del coronavirus que obligó a cerrar los juzgados y paralizar la actividad durante la primavera. El acusado que se sienta en el banquillo y que será juzgado por un jurado popular es Jonathan Gabriel V.M. , de 36 años, quien fuera asistente personal de Gonzalo Verdugo, de 62 ; un conocido trabajador de la televisión de Gerena y que apareció muerto en su casa el día 6 de noviembre de 2018. La causa del fallecimiento fue un traumatismo severo en el cráneo, causado por un fuerte golpe en la zona occipital (próxima a la nuca).
La Fiscalía pide una pena de 14 años de cárcel y siete de libertad vigilada por un delito de homicidio . En esta primera sesión de la vista oral, tras la elección de los miembros del jurado, ha prestado declaración Jonathan Gabriel, quien tras ser detenido en 2018 se acogió a su derecho a no declarar y no fue hasta avanzada la instrucción cuando aportó la versión que este jueves ha sostenido y en la que niega haber matado a Gonzalo .
Víctima y acusado iniciaron una relación laboral en 2016. Jonathan ha detallado cómo se encargaba de las labores domésticas y de acompañar a su empleador como asistente interno . La Fiscalía mantiene que esa relación pasó al plano sentimental. Algo que rechaza el procesado. A preguntas de su letrada ha asegurado que no es homosexual, ni bisexual. «A mí me gustan las mujeres», y que su jefe sí que quería dar un paso más allá. El detalle sobre qué tipo de relación tenían no es baladí porque la Fiscalía pide que se aplique la agravante de parentesco . Lo cierto es que en el pueblo se daba por hecho que eran pareja, una información que trascendió a los medios de comunicación. «La gente me preguntaba si teníamos algo, y yo les decía que no, que era mi jefe y mi amigo. Pero me decían que él iba diciendo por el pueblo, que sí, que había algo».
El acusado niega haber mantenido una relación sentimental con la víctima: «No soy homosexual». La Fiscalía pide una agravante por parentesco
Jonathan Gabriel ha descrito al fallecido como alguien obsesionado con él -«no me dejaba nunca, iba a buscarme hasta en mi día libre»; que bebía y fumaba mucho y consumía drogas; que lo insultaba y trataba mal cuando se producían esos excesos. Sin embargo, siguió trabajando para él, a pesar de no tener contrato, e incluso ha manifestado que el finado se convirtió en un invitado habitual en el hogar que compartía con su expareja y su hijo pequeño en Sevilla Este.
Tras un periodo como trabajador interno, pasó a trabajar sólo los fines de semana porque tenía que cuidar lunes a viernes a su hijo pequeño. La jornada previa a la agresión mortal había estado ayudándole con el equipaje y a buscar el pasaporte porque se iba a pasar unos días a Londres. «Me pidió varias veces que me fuera con él, pero no podía, tenía que cuidar de mi hijo». La noche del 4 de noviembre estuvieron bebiendo y consumiendo esupefacientes hasta que amaneció. «Él fumaba mucho y se había quedado sin tabaco. Me pidió que le acompañara a un bar para comprar. Cuando estaba sacando el paquete apareció con dos copas, y después con dos más. Yo estaba cansado, tenía prisa por irme porque había perdido el autobús de las ocho y no podía perder el siguiente que me llevara a Sevilla. Tenía que ir a recoger a mi hijo al colegio».
Cuando consiguó, según su versión, a regañadientes que regresaran a la casa de Gonzalo, se inició una pelea porque la víctima no quería que se marchara. « Me amenazó con no pagarme . Le dije que me daba igual, pero que tenía que irme». Admite que dio un «manotazo» al fallecido, pero que fue en defensa propia tras haber sido golpeado. «No sé ni dónde le di. Me había dado un puñetazo y me había roto las gafas. Empecé a sangrar y me tapé el ojo. ¿Por qué me pegas le dije?»
El acusado asegura que al darle el manotazo, la víctima cayó de espaldas. «Lo vi roncando y suspirando. Pensé que se había quedado dormido como otras tantas veces cuando bebía». Se limpió la sangre del ojo y le escribió una nota disculpándose. La fiscal le ha preguntado si vio que salía sangre de la boca del fallecido. «Sí, creía que se le había roto un diente. Hacía una semana que lo había acompañado al dentista. Pensé, éste seguro que me denuncia. Por eso le pedía disculpas en la nota».
Horas agonizando
Creyendo que estaba vivo, el acusado asegura que abandonó a toda prisa la casa y que no cerró porque no tenía llave. Eran las once de la mañana del 5 de noviembre. El cuerpo fue descubierto al día siguiente por la Policía Local después de que los vecinos alertaran de que los dos perros de la víctima andaban sueltos por la calle. Los agentes encontraron el cuerpo sobre un charco de sangre . Los forenses, que deberán testificar en los próximos días, determinaron que Gonzalo murió entre las doce de la noche y las dos de la madrugada del día 6. La fiscal ha destacado este detalle porque Gonzalo estuvo «varias horas agonizando, sin recibir ayuda y en ese tiempo, el acusado se dedicó a fabricarse una coartada». La representante del Ministerio Público se ha referido a los mensajes que dejó en una red social señalando a otra persona, un ciudadano rumano que no tuvo nada que ver. O como se llevó el teléfono móvil de la víctima, «para que ésta no pidiera auxilio». Sobre este último punto, Jonathan afirma que se lo llevó sin querer, aunque admite que se deshizo de él tras enterarse del hallazgo del cadáver.
La letrada de la defensa, que es de oficio, le ha pedido al jurado que «ante la mínima duda » absuelvan al procesado. «Se puede cometer un terrible error. Podrían condenar a un inocente que es algo peor que absolver a un culpable». Y ha destacado como la acusación particular, que representaba a las hermanas y sobrinos del fallecido, han abandonado el procedimiento. «Es algo muy infrecuente».
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