Ciudadanía

Ana Criado, la modista que confeccionó las primeras banderas de El Cuervo independiente

El Ayuntamiento reconoce su labor en el fomento de la cultura popular de forma «voluntaria y altruista»

Ana Criado, en el salón de su casa, muestra orgullosa la distinción otorgada por el Ayuntamiento de El Cuervo Alejandro Hernández

Alejandro Hernández

La cultura popular, entendida como el conjunto de manifestaciones artísticas y folclóricas que emana directamente del sistema de creencias, valores y tradiciones de un pueblo, tiene un destacado exponente en El Cuervo de Sevilla en la persona de Ana Criado Bernabé , «una mujer que desde hace años lleva enriqueciendo con sus manos, de manera voluntaria y altruista, la cultura popular de El Cuervo» , en palabras de la delegada municipal de Cultura, Carmen María Beato , durante el pleno extraordinario que el pasado 19 de diciembre celebró el 27 aniversario de la independencia del municipio matriz de Lebrija.

Precisamente Ana Criado fue la modista artesana que confeccionó las primeras banderas que ondearon en el recién constituido nuevo Ayuntamiento cuerveño hace 27 años . «El primer alcalde, Amuedo, me pidió que confeccionara las banderas con los colores blanco, negro y celeste, y entonces sin el pájaro», el cuervo que luce en el escudo, comenta a ABC la modista artesana que ha cumplido 80 años sin dejar de trabajar y no solo en la costura. Esas banderas donde primero lucieron fue en el edificio del Consistorio y en la feria. Criado recuerda que «fueron siete u ocho de poco más de metro y medio de largo y algo más de uno de ancho» .

Así comenzó la colaboración de Ana Criado, nacida en Guadalcanal de la Sierra, en la frontera norte de la provincia, con el Ayuntamiento del último pueblo del sur sevillano. Poco después, rememora nostágica, «la delegada municipal de Fiestas, mi amiga Adela, me pidió que la ayudara y junto con otras cinco mujeres formamos un equipo que se hizo cargo de montar las carrozas de Reyes y decorar cruces de mayo y la caseta de feria ».

La artesana suma en su currículum hasta el arreglo del paso del Cristo del Amor de la hermandad de la Virgen del Rosario, patrona de El Cuervo, o el montaje de belenes «tanto vivientes como de figuras», apunta. En esta faceta, su última obra ha sido un belén «hecho completamente por mí con material reciclado y que he donado al pueblo» . Cuando Criado dice que lo ha hecho todo ella no se equivoca: «He hecho las figuras de barro y algunas de cerámica, muebles, enseres, casas, el castillo de Herodes, los artesanos con sus herramientas, todo reciclando material, solo he comprado el misterio». El belén le ha supuesto «mucho trabajo, pero me gusta» y tardó un mes en montarlo «con la ayuda de ocho mujeres de la asociacion de la Cruz de Mayo».

También hace unos años organizó una cofradía de niños . «He hecho de todo, hasta desfiles de moda flamenca, y todo sin formación académica ninguna», aclara e insiste en que «me encantan las manualidades y todo lo que sea arte me gusta».

Ana Criado llegó a El Cuervo cuando tenía 12 años, después de que su familia se viera obligada a trasladarse a Lebrija durante la Guerra Civil. De aquella época rememora tristemente que «hacía frío, había poco de comer y trabajé mucho desde muy niña» . Como la mayoría de las mujeres mayores de la localidad, la artesana fue jornalera y asistente doméstica hasta que conoció a su marido , José Benítez Fernández , «que se fue a la mili voluntario durante cuatro años en Sevilla y acabó llevándome para servir en casa de su capitán». Se casaron en 1961 en El Cuervo, pero terminaron viviendo en Sevilla mientras José trabajaba de taxista, allí nacieron sus dos hijos «que son hermanos de la Hiniesta». La vida la volvió a traer a El Cuervo cuando José dejó el taxi, se hizo camionero y fue socio fundador de la Cooperativa de Transportes Reunidos de El Cuervo, Cotrel.

Ha llegado a confeccionar prendas de vestir desde su domicilio y en su máquina de coser para firmas tan prestigiosas como El Corte Inglés. Convaleciente de una operación de rodilla, Ana Criado no para de trabajar y se lamenta de no haber podido estudiar . «Estoy satisfecha con lo que he hecho, pero tengo la pena de no tener estudios; hubiera estudiado Bellas Artes ».

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