Coronavirus Sevilla
La Guardia Civil vuelve a intervenir en una pelea de gallos con casi un centenar de asistentes en Fuentes de Andalucía
Los agentes inspeccionaron un reñidero de Fuentes de Andalucía autorizado pero donde llegaron a contabilizar una treintena de infracciones y a público procedente de otras provincias y comunidades
La Guardia Civil realizó el pasado día 6 de marzo una inspección en un reñidero ubicado en la localidad de Fuentes de Andalucía, incluido en la asociación cultural del gallo combatiente español. Las peleas de gallos están autorizadas en Andalucía pero con una serie de limitaciones. Cuando llegaron los agentes, se estaba celebrando una pelea y había en el interior 89 personas . Algunos de los asistentes habían violado los cierres perimetrales de sus provincias y localidades de origen e incluso de su comunidad autónoma.
Según detalla la Guardia Civil en un comunicado, el establecimiento cuenta con un servicio de ambigú para los asistentes. En el interior de un cubo de basura quehabía en la cocina, la Guardia Civil encontró cuatro gallos de pelea muertos. Los agentes han dando cuenta a Fiscalía por si estos hechos pudieran ser constitutivos de delitos de maltrato animal.
Los agentes contabilizaron una treintena de infracciones administrativas como no atender a los gallos heridos tras cada combate. Además, los funcionarios de la Benemérita encontraron entre el público dos personas buscadas por la Justicia. En concreto, una procedente de la provincia de Córdoba, tenía una requisitoria para su detención e ingreso en prisión para cumplir condena; mientras que a otra le constaba una requisitoria de detención y personación por el juzgado de Instrucción de Sanlúcar la Mayor.
En el dispositivo de inspección participaron unidades de seguridad ciudadana de la compañía de Carmona, SEPRONA, Equipo ROCA y Equipo de Investigación, con el apoyo de la USECIC de la Comandancia de Sevilla.
El año pasado, la Guardia Civil tenía que intervenir en otra pelea de gallos en el Palmar de Troya donde se congregó casi un centenar de espectadores. Si bien en esta ocasión, no se trataba de un reñidero oficial sino de un evento clandestino sin autorización alguna.
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