CORIA DEL RÍO
«El tío del aro» de Coria se entrena para ir a Huelva con su artilugio
Antonio Palma, de 73 años, dice que correr dentro de su aro, que ha patentado, amortigua el dolor de las rodillas
La inventiva del ser humano no tiene límites y menos aún su pasión por cumplir sus sueños. Así, correr dentro de un aro de hierro se ha convertido en un deporte de origen coriano que gracias a Antonio Palma Alfaro ha dado a conocer los beneficios del deporte por toda España y ha llevado siempre a su pueblo natal, Coria del Río , por bandera.
«Realmente el inventor de este deporte fue mi tío, por parte de padre, José Palma León» , explica orgulloso Antonio , que era herrero de profesión y transportaba las ruedas de los carros que había que arreglar de un lugar a otro montado dentro de ellas. «Al final todos lo conocían por el tío del aro », comenta. Fue su tío quien el 15 de junio de 1936 a las 16:30 horas partió desde Coria del Río con destino a Madrid. Rodando con su aro, y acompañado en todo momento de su amigo Manuel Márquez, consiguió llegar a la capital española el 5 de julio de ese mismo año.
Esta gran hazaña fue la que hizo a Antonio querer batir el récord impuesto por su tío. « Yo sabía que para superar el tiempo tendría que hacer más kilómetros diarios y a más velocidad, por lo que estuve entrenando muy duro para conseguirlo», explica. Finalmente, el 8 de abril de 1965 se embarca en esta aventura que duraría 11 días, haciendo 50 kilómetros diarios , batiendo el anterior récord establecido por su tío en 15 días.
«Aún recuerdo el revuelo que se armó a mi llegada a Madrid y la gran celebración en mi honor. Incluso me llamaron para hacer una exhibición en el campo de fútbol del Rayo Vallecano, algo extraordinario para un chaval de 20 años», cuenta orgulloso a ABC Provincia.
El « pedestrarismo», como lo llamaron los periódicos de la época, nunca se catalogó como disciplina deportiva, ni tampoco tenía una escuelas donde se impartiera. «Yo estaba decidido a llevar el pedestrarismo al siguiente nivel. Por ello, registré las medidas concretas y características que debía tener el aro, y enfoqué una serie de reglas para que se reconociera esta disciplina como un deporte más », argumenta Antonio.
Y añade, señalando el aro: « Así, la rueda estándar debe componerse de cuatro piezas de 152 centímetros unidas entre sí y cubierto por una banda de goma que hace contacto con el suelo; en su interior va otro aro más pequeño unido mediante unas agarraderas para las manos . Esta es la mejor manera de conseguir un mejor equilibrio e ir más cómodo durante la carrera», dice. Además, para practicar el pedestrarismo no hace falta ninguna equipación específica, tan sólo unos guantes resistentes que aguanten el roce con el hierro mientras rueda.
Aunque de profesión carpintero, su pasión siempre ha sido el pedestrarismo. En 1989 fundó la primera escuela de esta genuina disciplina deportiva con chavales del pueblo. «He llegado a tener alrededor de más de 70 alumnos, pero ninguno de ellos ha continuado con la tradición. Es una pena. ¡Qué se le va hacer!», termina riendo.
Antonio a sus 73 años de edad, entrena todos los días, más ahora con el buen tiempo, y se está preparando para correr otra «larga maratón» desde Coria del Río hasta Huelva . «El pedestrarismo tiene la gran ventaja de que el avance de la pierna lo amortigua el aro, por lo que no sufren las rodillas. Este deporte me mantiene en forma», dice muy seguro, «y si Dios quiere en septiembre pondré rumbo con mi aro a tierra onubenses ».
Para este coriano su deseo es que el deporte del aro siga practicándose y no quede en el olvido. «Mis nietos empezaron desde muy pequeños a practicar el pedestrarismo, pero no son constantes. De todas formas, disfruto con ellos y eso es lo que me hace feliz», dice.