Consorcio de Estepa

La estafa ecológica que destapó el escándalo en la Sierra Sur

Las informaciones desveladas por ABC han acabado en una importante redada

Balsa en la que se entierra la basura ABC
Alberto García Reyes

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Tras las detenciones que practicó la Policía Nacional en Estepa el pasado 30 de enero por un supuesto fraude económico en la planta de reciclaje del Consorcio de la Sierra Sur se ocultaba una estaba de mayores dimensiones que actualmente investiga la Fiscalía de Medio Ambiente por delitos contra los recursos naturales, ya que en esta planta jamás se recicló nada. Este periódico publicó varios vídeos y un amplio reportaje fotográfico en el que se podía apreciar cómo la basura entraba por un lado y salía por el otro sin que ni siquiera se abriesen las bolsas recogidas en los contenedores . Una empresa subcontratada la compactaba en un almacén y la llevaba a unas balsas situadas en la finca de olivos aledaña a la planta de reciclaje, donde se enterraban todos los residuos. El falso ecologismo no sólo consistía en eludir el reciclaje que se vendía a la población, sino que se dañaba aún más el entorno natural ocultando los residuos bajo tierra en un espacio crucial para el sector agrícola.

Varios empleados de la planta habían recabado pruebas de esta práctica y la denunciaron. Las imágenes no admiten interpretaciones. La basura pasa por la cinta en la que teóricamente tendría que ser manipulada sin que nadie intervenga sobre ella. Alrededor de esta cinta hay una serie de cubas destinadas a cada tipo de residuo —plástico, cartón, cristal, textiles, pilas...— en cada una de las cuales tendría que estar trabajando un operario encargado de seleccionar para su depósito un residuo concreto. Pero las grabaciones prueban que sólo veían pasar los restos.

Los residuos pasaban por la planta sin que nadie los separase y luego se enterraban en una balsa

Posteriormente, una retroexcavadora compactaba parte de la basura y la depositaba en unos camiones que se trasladaban a una balsa situada en la finca anexa, a unos doscientos metros de la planta, donde la volcaban. Y finalmente se vertían grandes cantidades de arena para enterrar toda la basura, dejando como resultado final una explanada bajo la que están sepultadas toneladas de plástico y envases no biodegradables.

El 16 de febrero, una semana después de la primera información publicada por este periódico, los agentes de la Policía Nacional que investigaban el fraude en el Consorcio se personaron en la planta de reciclaje para analizar todo el proceso de tratamiento de los residuos. Los investigadores llevaron a cabo una inspección detallada e interrogaron a varios trabajadores de la planta para comprobar si esta central selecciona la basura y si los restos se trasladan sin separar a una gran fosa. Concretamente, se desplazó a las instalaciones una decena de efectivos junto con una persona especialista en este tipo de plantas de reciclaje. En ese momento la central estaba funcionando con normalidad y en las zonas de tratamiento no se detectaron grandes anomalías , pero sí se constató que existe un vertedero de grandes dimensiones, dispuesto a ser de nuevo cubierto de tierra, en el que los residuos estaban despositados sin tratar.

Tras aquella primera operación, la investigación continuó hasta que la juez ordenó la de ayer, que acabó con siete detenidos y varios registros en los que se han hallado documentos clave para el caso.

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