LOS PALACIOS
El cochero de Orson Welles fue cinco veces campeón de España de enganches
El palaciego Antonio León, de 73 años, participó en varias películas y fue mayoral de la ganadería Urquijo durante cuatro décadas
Cuando Antonio León (Los Palacios, 1943) dirigía su vida hacia el mundo del toro consagrándose como picador tras siete años en la cuadrilla de Espartaco padre , e incluso en alguna ocasión con Manuel Benítez «El Cordobés», y recibió una oferta por parte de su paisano Antonio «Casera» para trabajar con los Urquijo con tan solo 21 años, tuvo la lucidez suficiente para ver que las oportunidades marcan la vida, incluso las que se dejan escapar. Así, colgó los trastos y pasó a ser durante 40 años el mayoral de la ganadería Urquijo, una de las más prestigiosas de la historia del caballo de pura raza española.
Desde su llegada a la Hacienda San Juan del Hornillo se convirtió en hombre de confianza de Juan Manuel Urquijo y Nogales, conde de Odi el, cumpliendo a la perfección con su misión de máximo responsable de la ganadería desde el primer día hasta el último—recibió el encargo de vender los animales tras el fallecimiento de Juan Manuel en 2002 , momento en el que abandonó la casa—.
Aunque en un principio solo había sido contratado como mayoral, tres años más tarde y viendo la pericia con que el joven Antonio se manejaba, el conde le encargó una misión completamente nueva para el palaciego: preparar caballos para engancharlos. Siempre ambicioso en su afán por aglutinar conocimiento, León aceptó el reto y gracias al trabajo y el tesón se convirtió con el paso de los años en una eminencia en la doma y en materia de enganches.
No cabe duda de que el palaciego supo aprovechar la oportunidad que le brindaron. Haciendo un símil futbolero , es como si a un jugador que destaca en los escalafones inferiores se le presenta la ocasión de fichar por el Real Madrid o el Barcelona . Y se harta de meter goles. Así, por ejemplo, consiguió ser tres veces campeón de España de completo de enganches y dos de exhibición y doma, amén de múltiples reconocimientos y premios menores , galardones que daban prestigio tanto a la ganadería como al propio León.
«Todo lo que he sido en el mundo del caballo se lo debo a este hombre, entré siendo un chaval y trabajando con él me hice con un nombre a nivel internacional», afirma Antonio , cabalgando entre el orgullo y la nostalgia. Y no exagera.
Y es que gracias a estar en dicha ganadería, y a los conocimientos que fue adquiriendo de manera autodidacta y bajo la simple pero infrecuente fórmula de preguntar a todo el que sabía más que él, se convirtió en un todo un experto del enganche, mostrando su maestría en ocasiones de mucho fuste por ciudades como Amsterdam, Zúrich o París.
Su experiencia en la capital gala bien merece un capítulo aparte. Representando a España en una exhibición de enganches internacional, hizo 27 kilómetros en un coche con siete caballos atravesando la ciudad de la luz de norte a sur, paseando junto a la Torre Eiffel y cruzando el Arco del Triunfo . «Gracias a nuestro nivel dejamos el pabellón español bien alto en un momento en que nuestro país era odiado por los franceses».
Obviamente, también era reconocido en territorio nacional, especialmente en Andalucía, donde durante décadas ha sido un fijo en los diferentes eventos que se organizan en la Maestranza de Sevilla y Ronda , así como en las ferias más importantes: Sevilla, Jerez, Málaga, Córdoba, etc. Tal era su prestigio, que durante muchos años el gran Orson Welles recurría siempre a él como cochero para eventos como la Goyesca de Ronda o la feria de Jerez .
Sus pinitos en el cine
En esta misma línea de popularidad, cabe mencionar que participó en varias películas como cochero, por ejemplo en «Cabalgando van los gitanos» con Lole y Manuel, y «La cólera del viento» de Mario Camus y protagonizada por Terence Hill y Fernando Rey.
Actualmente, a sus 73 años Antonio León sigue ligado al caballo gracias al picadero del que es propietario en Los Palacios y que abrió hace cuarenta años, tarea que compaginó hasta 2002 con la de mayoral y las exhibiciones.
En definitiva, bien se puede decir que la vida de Antonio ha estado ligada a este animal desde la cuna —nació y se crió en la finca «Juan Gómez», en la que su padre ejercía como mayoral, rodeado de potros, yeguas, toros, vacas, etc—, en su niñez comenzó a tentar como picador en la finca «El Toruño» y en «La Corchuela», pasando de aprendiz a maestro gracias a su osadía y ganas de aprender.