PROVINCIA

Las claves que llevaron a la Policía al 'Moco', el acusado del crimen machista en San Juan

Un gorro con su ADN, un testigo que lo vio por la zona y una conversación con otro toxicómano mientras consumían droga la mañana siguiente al asesinato fueron las tres pistas para arrancar la investigación sobre el principal sospechoso

Dos personas señalan el lugar en el que fue hallado el cadáver de Loli Ortiz en la plaza Blas Infante EFE

Jesús Díaz

El juicio con jurado por el crimen machista de Loli Ortiz en San Juan de Aznalfarache en la madrugada del 1 de febrero de 2020 y por el que se acusa a su expareja, Abel M.L., un toxicómano y delincuente conocido como el 'Moco' , ha seguido este miércoles con la declaración de la jefa del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional y otros agentes que participaron en la investación de este asesinato, apuntando las claves que le llevaron a la detención de Abel.

Un gorro con ADN del 'Moco' en una zona cercana al lugar del crimen, en la plaza Blas Infante de San Juan; un testigo que vio a Abel sobre las seis de la mañana agachado y escondido entre unos contenedores cercanos; y la conversación que mantuvo el acusado con otro toxicómano horas después del asesinato fueron los tres elementos que hicieron a la Policía Nacional poner el foco sobre el ahora acusado de la muerte de Loli Ortiz, su expareja y que se enfrenta a penas que podían ir desde los 20 años que pide la Fiscalía hasta los 27 años de prisión que solicita la madre y hermano de la víctima .

La jefa del Grupo de Homicidios ha señalado que el cadáver presentaba lesiones de una «brutalidad» que les hizo pensar que era «un crimen pasional , sin posibilidad de defensa para la mujer y con un ataque sorpresivo». Ha añadido que fue imposible identificar el cadáver de forma facial y hubo que esperar al reconocimiento por las huellas. Esto demoró la identificación definitiva a las 14.00 horas del 1 de febrero.

Sin embargo, el 'Moco' estuvo consumiendo cerca de la Esquina del Gato a la mañana siguiente con otro toxicómano. Tanto Abel como este testigo reconocieron ayer que sobre las diez y media estuvieron consumiendo y Abel le dijo que habían matado a Loli y que le habían reventado la cabeza.

Según la Policía Nacional, a esa hora de la mañana no se sabía que era Loli y tampoco la forma de su asesinato. El cadáver no pudo ser visto por muchas personas porque estaba la zona acordonada y detrás de un muro. Sin embargo, Abel se lo dijo al testigo y éste dijo que era un rumor por todo el barrio. Cuando él llegó a San Juan para consumir ya vio la zona acordonada.

Más de 20 golpes

En inspección ocular inicial en la zona del crimen se localizó un gorro con ADN de Abel . Muchos testigos han ido señalando en el juicio que era habitual que éste usara gorras. Aunque él dijo que ese gorro lo perdió días antes .

El tercer elemento clave para la Policía Nacional fue el testigo que vio a Abel en una zona de la plaza Blas Infante, agachado entre contenedores sobre las seis de la mañana . El crimen se sitúa entre las cinco y las cinco y media de la madrugada.

Además, este testigo indica el lugar por el que se marchó Abel, en el que se halló un reguero de sangre. Nunca se halló el objeto contundente para dar muerte a Loli, de 34 años, y que sufrió más de 20 golpes por todo el cuerpo, principalmente en la cabeza .

El primero ya era incompatible con la vida y seguramente fue cuando ella estaba sentada en el suelo y con el chaquetón por encima de la cabeza para aprovechar todos los humos del consumo de cocaína en botella.

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