Arahal
Cientos de miles de puntadas de 70 colores para crear 'pinturas' realizadas con punto de cruz
Julián González Simón nació con una discapacidad que afecta a sus brazos y manos y desde hace veinte años dibuja imágenes en grandes cuadros por medio de esta modalidad de costura

La última de las labores terminadas por Julián González Simón es un gran cuadro del Cristo de la Salud que se encuentra en la iglesia Nuestra Señora de la Victoria de Arahal . Casi cuarenta mil puntadas realizadas durante mes y medio de confinamiento que imprimen al cuadro cada detalle de la imagen, con tal realismo que parece una pintura. En este cuadro se ha puesto plazo, pero por lo general va a su ritmo porque esta actividad para él no deja de ser una afición que lo entretiene. Hasta aquí todo sería normal, el valor está en que este arahalense por amor tiene una discapacidad de nacimiento en brazos y manos, una atrofia que le impide hacer las actividades más habituales de su día a día.
Julián González no puede vestirse solo o bañarse desde hace casi tres años cuando su discapacidad empezó a impedirle valerse por sí mismo. Hasta entonces, era vendedor de la ONCE, iba todos los días a Carmona aunque vive en Arahal. Llegó desde Argamasilla de Alba (Ciudad Real) a este pueblo de la Campiña sevillana hace casi 10 años cuando se casó con la arahalense Mari Carmen Cintado. Todos fueron dificultades y los primeros meses se hundió. «Empecé de cero, en mi pueblo vendía mucho porque llevaba años con una buena clientela», esta situación lo llevó a padecer una depresión de la que salió por su fuerza de voluntad .
La misma que le permite pelear contra todas las dificultades que pone su cuerpo en contra de la normalidad. No se acuerda exactamente cuando empezó a hacer punto de cruz , porque ya en su pueblo dejó algunas obras, como la imagen en un cuadro de la Virgen de Peñarroya , patrona del lugar. «Ese cuadro tiene más de doscientas mil puntadas », calcula Julián. Y así sigue sumando, casi 40.000 el Cristo de la Salud, 60.000 puntadas la imagen de Sor Ángela de la Cruz o 99.000 el cuadro que realiza actualmente, la Virgen de la Oliva, titular de la Asociación de Fieles Nuestro Padre de la Salud de Arahal.
Durante unos años tuvo que dejar a un lado esta afición, hasta que su mujer encontró una gafas de aumento con luz que le permiten ver la tarea, puntadas minúsculas con hasta 70 colores diferentes que, una vez terminado el cuadro, imprime el mismo realismo que una pintura, resaltando sombras, gestos, pliegues, brillo en los ojos de las imágenes y hasta sensación de movimiento.
Desde hace casi tres años, ante el empeoramiento de su discapacidad que le impide realizar muchas tareas de su propio cuidado personal, la Seguridad Social reconoció que padece una «gran invalidez» , lo que supuso más tiempo libre para Julián. Por eso, el punto de cruz se ha convertido en una terapia no sólo física sino mental . Cuando termina un trabajo, ya está pensando en otro y comienza de nuevo el proceso. «Mi mujer envía una foto a la imprenta, donde hacen los planos con los colores necesarios».

Así es como tiene su casa llena de cuadros que representan La última cena de Leonardo da Vinci o una amplia imagen de su perra Telma, «nuestra niña», que murió recientemente después de sufrir durante meses un cáncer.
Para terminar el cuadro de la Virgen de la Oliva solo le falta el rostro. Y ya está pensando en la próxima obra: el Nazareno de Arahal. Será un regalo para un familiar porque Julián González no es capaz de poner precio a su trabajo cuando alguien le encarga un cuadro. «Hago algunos regalos, más sencillos, pero ¿cómo voy a valorar los gastos que supone hacer en punto de cruz una imagen que tiene más de 200.000 puntadas? Sólo con las horas que le echo, sería poner un precio que nadie paga ». Para él y su familia, estas labores tienen un alto valor porque le sirven de entretenimiento, para no quedarse parado y que su discapacidad empeore más aún.
Pronto a la familia llegará Candela, su primera hija con Mari Carmen. Y será para ellos una bendición para la que ya se preparan. La madre tiene 47 años, por lo que supone un embarazo de alto riesgo que la mantiene de baja en su trabajo, es auxiliar de enfermería en un Hospital de Osuna.
Ante esta nueva esperanza de vida, afirma Mari Carmen, que «todo va muy bien, ya estoy de treinta semanas». Otro nuevo entretenimiento que dejará aparcado por un tiempo el punto de cruz, hasta que lo retome con un nuevo cuadro: la primera foto que le hagan a su bebé.
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