VILLAVERDE DEL RÍO

Cayo, el poli predilecto de 91 años

Fue uno de los primeros municipales de Villaverde del Río por cuya seguridad veló durante muchas décadas

Cayo Fernández, junto a sus hijas y su yerno, con el diploma de hijo predilecto L.R.I.

LAURA R. ÍÑIGO

Mencionar en Villaverde del Río el nombre de Cayo es hablar de toda una institución en el municipio, pues este villaverdero de ahora 91 años de edad, natural de un pueblecito de Soria, las Fuentes de San Pedro, ha dado su vida por velar por la seguridad y tranquilidad de sus vecinos, primero como guarda de campo y después como municipal, del pueblo que lo acogió cuando tan sólo contaba con la edad de 25 años.

Instituciones y entidades locales decidieron hace unos meses nombrar a Cayo Fernández Jiménez hijo adoptivo de Villaverde del Río, en reconocimiento a su entrega y a más de treinta años al servicio del que es ya su pueblo. Un acto del centro de mayores Atalaya a rebosar de público, acogió el homenaje a este ex policía local al que todos sus paisanos tienen en gran estima y admiración. Tanto familiares como amigos y ex compañeros del cuerpo no quisieron perderse este emotivo acto en el que Cayo era el protagonista, al que el Centro de Mayores hizo entrega de un pergamino (foto)y el Ayuntamiento de un ramo de flores.

Esta iniciativa partió de un grupo de personas entre las que se encuentran varios ex alcaldes del municipio, muchos de los cuales gobernaron en la época en la que Cayo aún ejercía como municipal, como Manuel Bazaga, Francisco Álvarez o Felipe Chaparro .

Según cuenta a ABC Provincia Encarnación , la hija mayor de Cayo (segunda por la derecha en la fot), la noticia les llegó un mes antes al nombramiento: «Me preguntaron que qué nos parecería que le hicieran este reconocimiento a mi padre y yo les contesté que muy bien, ya que las cosas en vida son más bonitas », dice.

A los 14 años Cayo emigra con su padre a una finca de Constantina para trabajar cuidando el ganado. Durante su estancia en ella, sufre un pequeño accidente que le imposibilita realizar el servicio militar. Años más tarde vuelve a Soria, donde permanece poco tiempo para volver de nuevo al sur, en esta ocasión para trabajar en Villaverde, en una finca donde años después es nombrado guarda jurado. «El que estaba en esos momentos se iba a jubilar y entonces pensaron en él», explica Manuel, el marido de Encarnación .

«Estuvo también unos tres de años de casero en otra finca llamada el Peñón, pero le propusieron lo de guarda de campo que era como el oficio de municipal pero en el campo, ya que entonces no existían los municipales, lo que había era un alguacil y un sereno y entró a ocupar ese cargo», cuentan sus hijas Josefa y Mari Carmen . En el año 70 y con unos 44 años Cayo entra ya como policía municipal, siendo de este modo, junto con otro compañero, uno de los primeros municipales que tuvo Villaverde.

Antes eran chozas

«Cuando vine a Villaverde, todo esto eran chozas» , recuerda Cayo de sus primeros años en la localidad. En los primeros años del cuerpo se trabajaba doce horas: « Antes no había turnos, cuando se jubiló mi padre, ya había tres turnos , pero al principio lo llamaban para todo, si a media noche se arriaba Villaverde, que antes se arriaba mucho el pueblo cada vez que llovía, venían a casa a buscarlo» recuerdan sus hijas, que afirman que «no le tenía miedo a nada».

Todos le recuerdan de sus años en activo como una persona muy formal, puntual y comprometida con el pueblo: «S iempre ha sido muy recto, no ha denunciado nunca a nadie pero todos lo respetaban» , cuenta su yerno con cariño y devoción hacia su suegro. Cayo enviudó con cuarenta y pocos y desde entonces se volcó por completo en su familia y su trabajo, a los que ha dedicado su vida por completo.

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