LEBRIJA
Casa Anselmo, el comercio más antiguo de Lebrija, cumple 180 años
Los hermanos Juan José y Francisco de Asís Vázquez, tataranietos del fundador, regentan esta tienda de ultramarinos que ha sobrevivido gracias a una oferta de calidad y especializada
El año 1836 fue clave para la historia económica y social de España. El chiclanero Juan de Dios Álvarez de Mendizábal , ministro de la regente María Cristina de Borbón , promulgó la ley de desamortización que lleva su segundo apellido, que fue una de las principales medidas de la revolución liberal, tras la muerte de Fernando VII y antes de la llegada al trono de Isabel II, y que supuso que las tierras pertenecientes al clero regular, a las órdenes religiosas, fueran expropiadas por el Estado y vendidas al mejor postor.
Ese mismo año, y siguiendo el espíritu liberal por el que la burguesía comenzaba a tomar conciencia de clase social, en Lebrija, Juan García Rico decidió abrir al público en la calle Corredera un colmado de venta de ultramarinos, aceite y vinos a granel.
Ahora, 180 años y cinco generaciones después sus tataranietos, los hermanos Francisco de Asís –47 años de edad–, y Juan José García Vazquez –48 años–, mantienen abiertas las puertas de Casa Anselmo, como bar y tienda de alimentación, con lo que se ha convertido en el negocio más antiguo de Lebrija que permanece activo.
Teniendo en cuenta que la adaptación a los nuevos tiempos, nuevos usos y costrumbres, y nuevos hábitos de consumo es el principal reto al que se enfrentan los comercios con vocación de futuro, Casa Anselmo ha conseguido superar la s 18 décadas como lo demuestra que «en un mismo momento hay reuniones de abuelos, padres e hijos », destaca orgulloso Juan José García a ABC Provincia.
Y subraya como una de las claves de su éxito haber rejuvenecido la oferta gastronómica «con tapas y montaditos únicos y exclusivos» y con «chacinas, quesos y conservas de máxima calidad», apostilla Francisco de Asís mientras se preparan para recibir a la clientela.
Para los dos hermanos García Vázquez, el secreto del éxito del negocio está en el trabajo constante y el sacrificio, «además de saber adaptarse a los tiempos», señala Juan José mientras recuerda que Casa Anselmo, el nombre que eligió para el negocio familiar Anselmo García Randado , hijo del fundador, «no cerró ni durante la Guerra Civil ni en los años de posguerra, manteniendose como colmado y dando de comer a muchas familias lebrijanas», dice. De hecho, solo cierra el Viernes Santo, el día de Navidad y el fin de semana de la feria y fiestas patronales de septiembre.
El secreto del éxito
Los familiares herederos de la idea de un emprendedor de la primera mitad del siglo XIX han logrado convertir un bar antiguo y una tienda para los desavíos en un lugar de referencia gastronómica y una tienda con productos gourmet, sin olvidarse de los clientes de siempre y de las necesidades del vecindario .
A pesar del paso del tiempo y de las reformas del local, la última de febrero de 2012, la esencia de Casa Anselmo se mantiene no solo en su decoración sino también en sus productos. En los tiempos del bisabuelo de los actuales gerentes, el comercio se especializó en matanzas de cerdo y fabricación propia de chorizos y morcillas.
De esa tradición se mantiene la venta de especias para la elaboración de embutidos. Y siguiendo la tradición de venta de vinos, que hasta 1978 incluía los propios de la Bodega de Anselmo, el actual negocio ofrece una de las mejores cartas de vinos de la comarca.
«Intentamos ser un sitio acogedor con una oferta variada y de calidad, donde todo el mundo se encuentre bien», indican los hermanos García Vázquez que no dejan pasar la ocasión para homenajear a «los cientos de clientes que han pasado por aquí en estos 180 años».