CARMONA

Carmona suma un nuevo asombro, la visita al Alcázar de Pedro I

La fortaleza y recinto palaciego abre por primera vez a la visita turística tras las obras de restauración y adaptación

El Alcázar fue construcción defensiva y recinto palaciego A.M.

Alberto Mallado

El Alcázar de Pedro I de Carmona, que en la ciudad se conoce como el Alcázar de Arriba, ha sido durante mucho tiempo un elemento patrimonial cerrado e invisible junto al Parador de Turismo. Antes fue utilizado para alojar viviendas en precario, como campo de cultivo en sus patios, para alojar una plaza de toros o como hospital. Tres siglos de abandono y deterioro a los que ahora se ha puesto fin con una campaña de restauraciones y la apertura , por primera vez a la visita turística.

Hace años el Ayuntamiento de Carmona comenzó un trabajo que no ha concluido pero que ya arroja importantes frutos. Se trataba de convertir en lugar visitable un monumento de primera fila por su historia y por los restos que aún conserva, a pesar de haber sido despojado de muchos elementos por el abandono, el paso del tiempo y los dos terremotos que sufrió, el de Carmona en 1504 y el de Lisboa en 1755.

Lo primero fue la restauración de las partes que amenazaban ruina. Es milagroso que alguna de sus torres haya aguantado tantos años sin venirse abajo en el estado en que estaban. Siguió la excavación arqueológica, descubriendo restos muy interesantes que permiten comprender el uso del inmueble, más allá de la presencia actual de fortaleza, y darle una nueva dimensión como recinto palaciego que albergó lujosas estancias. Luego la adaptación a las visitas, con la creación de itinerarios y la colocación de elementos que hacen accesibles varias partes.

Programa de visitas

De esta forma durante un mes, hasta el 11 de junio se ha creado un programa de visitas guiadas por alumnos de Formación Profesional de la rama de turismo en el marco del denominado «Mes del Patrimonio» que incluye visitas a otros monumentos de la ciudad. La visita al Alcázar puede reservarse en la Oficina de Turismo.

En el recorrido se parte de la puerta de acceso al recinto y al propio parador. En ella se conservan interesantes restos de pinturas decorativas. Se pueden ver las torres del patio del aparcamiento del establecimiento hotelero y luego se accede al enorme patio de armas. En él persisten los restos de la torre de los Infantes usada como p risión de los sobrinos de Pedro I y del recinto palaciego de origen islámico y enriquecido y ampliado por Pedro I y por los Reyes Católicos.

De él queda poco en pie pero los testimonios históricos y arqueológicos nos hablan de un lugar concebido para el lujo regio . La investigación arqueológica ha permitido conocer que se trataba de una construcción con muchas similitudes con el Alcázar de Sevilla, concebida posiblemente por los mismos arquitectos. Contaba con el Patio de la Fuente rodeado de arcadas, una sala de oración, que antes había sido mezquita o el salón de los balcones, que también fue salón del trono y que se asomaba a las excepcionales vistas desde ocho miradores volados. Un espacio en el que dicen las crónicas que los Reyes Católicos colocaron los retratos de los monarcas que los precedieron.

Todo ello decorado por azulejos y por hermosas yeserías, de las que aún pueden admirarse algunas en el Museo de Carmona. La visita incluye también la Puerta de la Piedad con un acceso en recodo pensado para dificultar el acceso de posibles enemigos , y junto a ella un sondeo arqueológico que muestra la evolución desde la época califal.

Excepcional mirador

Para el final queda un verdadero lujo para la vista, la subida a la Torre de la Pólvora mediante un acceso construido ex profeso. Desde aquí se nos ofrece un espléndido paisaje. En una visión de 360 grados se ve toda la dimensión del recinto fortificado, los extensos paisajes de l a Vega y las Terrazas, hasta el horizonte de Sierra Morena y la Sierra de Cádiz y toda la Carmona histórica con su apretada fisonomía urbana propia del mudéjar. Un mar de tejas coronando el predominio de la cal en las paredes y con los hitos monumentales descollando sobre el caserío. Santa María como mole de dimensiones catedralicias en el centro y la red de parroquias que articulaban la ciudad marcando cada uno de los barrios.

Este excepcional mirador es también idóneo para observar las aves urbanas que abundan en la ciudad: la cigüeña blanca, el milano real, el cernícalo primilla de vocación patrimonial en cuanto a la elección de la ubicación para sus nidos o la golondrina dáurica.

Cuanto termine este periodo de visitas el gobierno municipal encabezado por el alcalde Juan Ávila, tiene intención de seguir con las actuaciones en el recinto para ampliar las zonas visitables . La idea es seguir con las excavaciones en la zona del recinto palaciego, para lo que será necesario en primer lugar desbrozar una buena superficie y eliminar siglos de escombros acumulados sobre los restos. Se incluirán elementos de señalética que facilite la interpretación del conjunto y se dotará de contenidos al centro de recepción al visitante que ya está construido.

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