LA PUEBLA DE CAZALLA
La cantera flamenca de la Reunión del Cante
Los más jóvenes de La Puebla ensayan y disfrutan de su mayor afición
Este fin de semana se celebra la Reunión de Cante Jondo de La Puebla de Cazalla, uno de los festivales flamencos más importantes de la provincia, con el que los moriscos están volcados. Desde el pasado viernes se están celebrando varias actividades para preparar el camino a la Reunión, centradas en fomentar y dar valor al flamenco, no solo a los propios habitantes, sino a todo el que viene de fuera.
El mejor ejemplo está en la escuela flamenca para extranjeros que todos los años atrae a cientos de turistas de varios países del mundo para aprender los secretos del baile o el toque flamenco . Hay quien no falta a esta cita desde hace muchos años, incluso.
Pero si es importante dar a conocer el arte andaluz más universal, es fundamental que las futuras generaciones también tengan una base con la que empezar a desarrollar la pasión por el flamenco. Por ello, una de las actividades más destacadas del programa de la semana de este año tiene como protagonistas a los niños. El martes tuvieron una pequeña Reunión de Cante Jondo , por ejemplo. Y, al igual que con los extranjeros, también hay clases de baile para que los más pequeños puedan acercarse más al flamenco.
La bailaora Eli Parrilla se ha encargado de enseñar, durante tres días, algunas coreografías, pero el método didáctico ha ido mucho más allá. por el poco tiempo de docencia de las clases. «Estamos haciendo cosas sencillas, como tangos, porque hay muchos niños que no habían bailado nunca», explica Parrilla: «Por eso quiero que lo poco que vean esté bien explicado y que puedan apreciar el flamenco» , añade.
Desde pequeños
Para la bailaora, es fundamental que « desde pequeños se les vaya inculcando nuestra cultura» . Es por ello que las clases combinan la parte más práctica, de aprender los distintos pasos del baile, con una teórica en la que Parrilla va explicando «qué es lo que bailan, qué música está sonando, quién es el que canta..., para que cuando salgan de aquí y escuchen unos tangos sepan identificarlos».
Las clases están divididas en dos grupos. Uno compuesto por chicos mayores y otro con alumnos más pequeños. Como señala Eli, hay de todo: algunos están aprendiendo con dedicación y entusiasmo por dar sus primeros zapateos, disfrutando de la experiencia. Otros tienen ya más «tablas» en el mundo del baile. E incluso hay quien ama tanto el flamenco que ha querido completar su formación con unas clases de baile. Es el caso de Violeta Montesinos o Pablo Jobacho . Pablo, por ejemplo, ha nacido en el seno de una familia «muy aficionada al baile y al cante. Yo he estado apuntado a todo tipo de clases, pero no a esta, así que mi padre me lo propuso y yo acepté».
La joven Montesinos también se crió con una familia muy flamenca. A ella le conquistó el baile, y por eso lleva dos años formándose con Antonia Espejo . También fue una propuesta de su madre apuntarse a este pequeño curso, con Eli Parrilla , con quien ya había estado tres meses. Sobre su profesora, ambos coinciden en que «es muy buena y nos está enseñando muy bien cómo es este mundo del baile».
El objetivo que señalaba la bailaora de fomentar el flamenco en la juventud está más que cumplido con estos dos alumnos. Violeta, por ejemplo, sueña con dedicarse profesionalmente al mundo del baile como sus ídolos: «Me gusta mucho Sara Baras , también Farruquito» , afirma. Maneras no le faltan, desde luego, gracias a una formación «casi profesional». «Yo doy clases tres días a la semana, con mucho trabajo, en la que tocamos varios palos», todo encaminado a ese sueño del baile. « Sí, me gustaría ser bailaora. Cantaora no porque no sé cantar», afirma entre risas, algo que secunda Pablo, aunque ambos amen este arte.