Marchena

La autopsia descarta una muerte violenta de José Ternero, el anciano desaparecido hace dos meses

«Mi padre estaba fuerte, era capaz de llegar allí andando», comenta su hijo Miguel

La autopsia ha descartado que José Ternero sufriera una muerte violenta ABC

C. González

El cadáver del anciano hallado este pasado domingo por dos agricultores en un paraje de Marchena, conocido como La Laguna de Sevilla, a cuatro kilómetros del lugar donde lo vieron por última vez, junto al recinto ferial de la localidad, no sufrió una muerte violenta .

Según fuentes familiares, José Ternero Benjumea , de 83 años de edad, estaba entre unos matorrales , en una zona por la que habían dado varias batidas.

Después de hacerle la autopsia al cadáve r se ha confirmado que no hay ningún dato que indique que la muerte de José Tenero haya sido violenta.

« Mi padre estaba fuerte, era capaz de llegar allí andando », comenta Miguel, su hijo, que desolado asegura no desearle a nadie este sufrimiento de estar casi dos meses sin saber qué ha pasado. «A la familia que le toca, la cambia», comenta.

Los familiares insistían durante estos dos meses que parecía que se «lo había tragado la tierra» , puesto que lo buscaron por Marchena y todos sus alrededores e, incluso, llegó a Sevilla asumiendo la posibilidad de que el anciano hubiera cogido un autobús y, una vez en la ciudad, se hubiera desorientado y estuviera en algún rincón sin asistencia.

Los últimos testigos lo situaban junto al camino de las Horucas que fue el que cogió para llegar hasta la Laguna junto a la que ha sido encontrado su cuerpo en avanzado estado de descomposición y donde se había rastreado hasta la semana pasada.

Fuentes de la Guardia Civil indican que, aunque no exista búsqueda física, la unidad de la Policía Judicial, especializada en desapariciones, continúa con la investigación . «Es una investigación por círculos concéntricos en lo que se investigan desde cuentas bancarias, posibles lugares donde puedan estar, entre otras cuestiones», explican estas fuentes.

También salió a dar un paseo y a sus 83 años era una práctica habitual porque estaba en buenas condiciones físicas y mentales. Sólo un bastón llevaba que le daba cierta seguridad al andar.

Generalmente, en casos así de desapariciones de ancianos, «normalmente no hay nada truculento, solo se trata de personas acostumbradas a andar por el campo y, en algún momento, se sienten mal y se caen », comentan fuentes cercanas a la investigación.

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