Defensa
«Aquí en Morón de la Frontera todavía ven a los marines como bichos raros»
Vecinos y comerciantes del municipio sevillano expresan su preocupación, más que por el traslado de los militares norteamericanos de la base aérea hasta Italia, por la pérdida de empleo que supone para la comarca

La noticia del traslado de los marines de la Base de Morón de la Frontera a las instalaciones militares de Vicenza (Italia) preocupa a los vecinos de la localidad más por los puestos de trabajo que se pueden perder que por la influencia ... en la presencia de soldados norteamericanos en la ciudad. Es para ellos un suma y sigue de una situación que lleva años anunciándose, ya que no es la primera vez que peligran estos empleos, que asciende en la actualidad a unos 350 vecinos de toda la comarca, puesto que «ya han pasado por varios ERTE», anunciando además que la marcha de los militares, «puede volver a plantear esta situación».
Los vecinos y comerciantes de Morón de la Frontera llevan años despidiéndose de las repercusiones que las instalaciones militares ha tenido en la economía local. «Lo peor de esta situación son los puestos de trabajo, pero en 37 años que llevo detrás de un mostrador cuanto más, dos veces he vendido algo a un militar norteamericano», cuenta María Jesús Pinto, propietaria en la actualidad de una zapatería en la calle Carrera, una de las más céntricas de la localidad.
Su hijo, Jesús Manuel Jurado, con 30 años, lo secunda y añade que conoce a varios vecinos de la localidad que trabajan en la base y es por lo único que siente que se vayan. No obstante, asegura que es una situación repetida en el pueblo. «En Morón se va todo, las industrias se internacionalizan, el ocio es casi inexistente y tenemos muerto un centro comercial, el Urbano Center, que iba a ser referencia en la comarca». Por esta razón considera que es otra mala noticia más pero no la única. «Ya lo dice el refrán, en Morón como son, son. Nos vamos a Sevilla a comprar todo mientras el pueblo se muere. Lo de la base es otra cosa más para añadir a la mala situación actual del comercio ».
Que se lleven a los marines a Italia es para este joven «un error del Estado español» y, a su vez, del propio pueblo. «Aquí vienen los americanos y solo hay un bar con una carta en inglés, los ven todavía como bichos raros », contrariamente a lo que ha pasado en Rota ». Su reflexión acerca de la situación actual de Morón va más allá asegurando que «la generación anterior levantaron la ciudad y, ahora, los jóvenes no podemos hacer otra cosa más que irnos, vamos a pagar las consecuencias de la política desastrosa de los últimos años».
Para Jorge Girón, un cuponero de Bilbao que tiene su puesto frente a la comisaría de Policía de Morón de la Frontera, «en Rota se han volcado más con los militares norteamericanos, si se fueran de allí seguro que se notaba más», dice, aunque entiende la decisión del Gobierno norteamericano: « La base italiana está más cerca de sus objetivos y es lógico que se vayan ».
Para Dolores Lozano, vecina de la localidad, que se vayan los marines de la base aérea de Morón «está muy mal», sobre todo porque, de nuevo, « se perderán puestos de trabajo y no es la primera vez , todo influye en la economía de Morón». Además, esta vecina dice sentirse «más protegida» si los marines no se van ante la inseguridad que hay en la actualidad.

José Manuel, propietario de una óptica en el centro de la localidad, cree que «no sólo perderán puestos de trabajo los vecinos de Morón, sino de toda la comarca, también de Utrera». Entiende también que es en este último pueblo en el que se va a notar más la marcha de los marines porque allí sí hay más militares viviendo. «El ancho de la tropa que viene a Morón para misiones concretas está recluido en las instalaciones, apenas salen por lo que aquí tienen poca presencia ». Lo mismo piensa Conchi, a cargo de una tienda de productos tecnológicos y accesorios para móviles. «Vivo en la urbanización La Ramira y allí sí hay familias de militares norteamericanos, es donde están concentrados, en el resto de Morón no hay». Por esta razón piensa que la salida de los marines se puede notar en el alquiler de los chalés, pero poco más pues « hace tiempo que desaparecieron de este pueblo y lo sustituyeron por Utrera ».
Morón de la Frontera ha acogido siempre a los militares españoles, incluso hay un barrio en el que han vivido desde que se construyó en 1940 el aeródromo militar Vázquez Sagastizábal , nombre originario de las instalaciones. Fue a partir de 1953, durante la Guerra Fría, cuando el Gobierno Español decide ceder a Estados Unidos el uso de cuatro bases militares, entre ellas las de Morón.
Según aseguran los vecinos, durante los primeros años, que la base aérea estuviera en Morón supuso «más movimiento para el pueblo y empleos, había muchas familias viviendo directa o indirectamente de estas instalaciones », comentan. Pero durante los últimos años ni siquiera se ven pasear por el pueblo, mucho menos comprar. «Aquí casi no hay presencia de los norteamericanos, sólo trabajan dentro de la base . Sí se ven a los militares de la UME en un lavadero de coches donde limpian los vehículos», cuenta David Lobato, un vecino de Arahal que trabaja desde hace años en Morón de la Frontera.
Por esta razón insisten en estar más preocupados por los empleos que se puedan perder, tanto directos como indirectos. «Es de suponer que si hay menos trabajo en la parte americana de la base sobrará gente . En cualquier caso, esta decisión no suma, solo resta», apunta María Jesús Pinto.
Utrera sí ha contado con la presencia de militares norteamericanos viviendo en su municipios, seguramente porque el municipio estaba más cerca de Sevilla y disponía de mejores vías de comunicación, incluido el tren. Aunque tampoco ha supuesto una ventaja importante para los comerciantes y hosteleros ya que no se les ha visto mucho por la ciudad consumiendo.
Concretamente, aún no se sabe qué supondrá el anuncio del Gobierno norteamericano para la plantilla de la base aérea, sólo que se pone fin a ocho años de la presencia de los marines estadounidenses en estas instalaciones . Fue en junio de 2015 cuando el Gobierno de España y EE.UU. firmaron en Washington el protocolo de enmienda definitivo al convenio bilateral de Defensa para incrementar el número de marines permitidos en la base de Morón».
Entonces se elevó el número de efectivos hasta un máximo de 2.220 militares (solo alcanzable en época de crisis), 500 funcionarios y 36 aeronaves MV-22 ‘Osprey’ y aviones KC 130J ‘Súper Hércules’ para el repostaje en vuelo). Aunque esas cifras nunca se alcanzaron y siempre rondaron entre los 500 y 800.
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